Disrupción galerista
El sector del galerismo está en fase de evolución, pero todavía no queda claro hacia donde avanzará en los próximos años. El modelo de negocio no ha variado con la revolución de las TIC, y lo único que somos capaces de apuntar son algunas tendencias.
Conocerlas y debatirlas críticamente es lo que se hizo en la 6.ª edición de Talking Galleries, el simposio sobre galerismo que reunió en Barcelona hace unas semanas a más de 250 profesionales venidos de 22 países diferentes. Conceptuado como el think tank del galerismo, la periodista Melanie Gerlis escribía en el Financial Times unos días más tarde, haciendo un juego de palabras, que Talking Galleries es el Davos del galerismo.
Araíz del simposio, Tim Schneider publicó en Artnet, la web de noticias más relevante, un artículo que gracias a las redes sociales se hizo viral y dio la vuelta al mundo, donde se resumía cuáles son las cinco grandes tendencias disruptivas que las galerías de arte necesitan entender si quieren sobrevivir. Enumerémoslas: (1) la aspiración de crecer en tamaño y posicionamiento, así como el ritmo que las ferias y el sector impone, se ha vuelto cancerosa para muchas en la medida en que las obliga a un ritmo diabólico y las hace insostenibles económicamente. Especialmente en las medianas, que (2) hoy juegan un juego con reglas diferentes de las grandes, las cuales, alineadas con la actual situación económica, no paran de expandirse y fagocitarlas. Por eso, (3) la industria del arte tiene que romper sus capsulaciones y crear un ecosistema de intercambios y complicidades con el resto de los agentes, que no las lleve a ser un puro mercado de lujo. Por eso necesitan mitigar (4) la falta de transparencia que las está debilitando, especialmente a las más modestas, y hace falta incorporar códigos de buenas prácticas para un funcionamiento más ético y (5) atraer nuevas audiencias, que, ayudadas por las nuevas tecnologías, les deben permitir evolucionar en sus patrones y métodos de funcionamiento.