Peligros absurdos
Varias veces hemos utilizado esta columna con la finalidad de intentar poner el foco de atención en diversas actitudes absurdas que se repiten con demasiada frecuencia en nuestras carreteras y que determinan altas dosis de peligro para las personas que viajan a bordo de sus automóviles. Nos referimos a cuestiones tan evidentes como conducir sin respetar una distancia razonable de seguridad respecto al coche que circula por delante, un factor que tarde o temprano acabará inevitablemente con sus protagonistas sufriendo un accidente por alcance.
Pero el colmo de la falta de sentido común es lanzarse al asfalto confiando en unas ruedas que se encuentren en un pésimo estado de funcionamiento. Lo escribimos porque si se pone la lupa sobre los múltiples datos estadísticos analizados por la DGT, con la intención de comprobar la conciencia que existe en nuestro entorno sobre el papel de los neumáticos, sale a relucir un acuciante problema de seguridad. Y es que nada menos que un 5% de los vehículos que se mueven cotidianamente por la red nacional de carreteras están circulando con defectos en las ruedas considerados graves.
El defecto más común es circular con un dibujo por debajo del mínimo legal, establecido en 1,6 milímetros. Pero igualmente preocupantes son los casos de conductores que viajan a diario con ruedas sometidas a un desgaste irregular, un inconveniente que suele venir asociado a factores como la alineación incorrecta, presiones erróneas o suspensiones en mal estado.
Teniendo en cuenta que los neumáticos son precisamente los elementos más importantes de cualquier vehículo, puesto que son sus únicos puntos de contacto con la carretera, es fácil llegar a la conclusión de que nos encontramos ante un problema que implora ser abordado con suma rapidez, en forma de medidas administrativas urgentes, y contundente firmeza, bajo el prisma de las sanciones pertinentes.