Europa teme el contagio
que simplemente han sabido hacer las cuentas.
“Los partidos prometen la luna. Ningún economista serio otorgaría valor al conjunto de las propuestas”, afirmaba el economista Lorenzo Codogno en una nota.
La coalición de Berlusconi, favorita en los sondeos, quiere reducir los impuestos (con un tipo único del 23%), aumentar las pensiones. El PD de Matteo Renzi, castigado en las encuestas pese a los buenos resultados conseguidos por el actual primer ministro, Paolo Gentiloni, también promete abrir los bolsillos del gasto público, con un cheque de ayudas para las familias con hijos. El Movimiento 5 Estrellas, formación an- tisistema y anti-Europa, por su parte, quiere romper la baraja al introducir una renta básica universal, que llevaría, según este economista, al descontrol presupuestario y que sólo podría ser factible si Italia creciera como China. Para el Osservatorio dei Conti Pubblici que dirige el economista Carlo Cottarelli, ningún programa contribuirá a reducir la deuda o mejorar las cuentas.
Es decir, que gane quien gane, la economía italiana saldrá perdiendo si se siguen los planes al pie de la letra. La esperanza es que la realidad prevalezca. Como cuando acaba la fiesta, se apagan las luces y el trenecito, al final, se disuelve.