Tecnología neofeudal
Morozov avisa de que las ‘big tech’ pueden conducir a un poscapitalismo jerárquico y no al nirvana igualitario
El modelo ‘freemium’ de servicios digitales a cambio de publicidad y datos podría acabar
El enorme auge de los gigantes tecnológicos durante la crisis no ha sido casual. El crecimiento de las big tech, de Amazon, Google, Facebook, Microsoft y Apple, pero también de Uber o Airbnb, plataformas que obtienen cantidades infinitas de datos, se debe en parte a que estos años han ayudado, dice Evgeny Morozov, “a instituciones y ciudadanos a complementar sus presupuestos y rentas con nuevas fuentes de ingresos”: la crisis había generado demanda de servicios más baratos y de más oportunidades de ganarse la vida, por precarias que fueran las condiciones laborales. A eso se le ha sumado, asegura Morozov en Capitalismo big tech –recomendable recopilación de sus artículos enTheGuardian–, que las élites globales, en un contexto de baja rentabilidad delas inversiones, hanapostado fuerte por el sector tecnológico y, además de aspirar a que saque a la economía de la crisis, buscan que garantice una transición suave a un sistema económico diferente. Silicon Valley podría generar un new deal para el siglo XXI.
Sin embargo, Morozov, investigador de las implicaciones sociales de la tecnología, cree que si el auge del big tech ha ayudado a pasar la crisis sin grandes transformaciones –ha comprado tiempo–, a largo plazo multiplicará las contradicciones del sistema y puede llevar a un régimenneo feudal. Habrá cambios, pero no hacia un nirvana igualitario: ahí está Uber, advierte, ofreciendo tarifas incluso inferiores alos costes operativos yperdiendomiles demillones de dólares con el respaldo de Goldman Sachso el Gobierno saudí. ¿Qué sucederá con sus precios cuando tenga posición dominante? De hecho, razona Morozov, el modelo freemium de Google o Facebook, correo, búsquedas y redes gratis a cambio de trillones de nuestros datos con los que alimentar desde la publicidad hasta la inteligencia artificial –que los necesita para aprender– quizá sea sólo una etapa temporal y esos servicios se acaben cobrando en coherencia con el auge actual del rentismo.
Sobretodo, señal a, porque la inteligencia artificial, el recurso más valioso del momento, y que va a cambiar desde la sanidad hasta la educación, la seguridad o los servicios bancarios, gracias a años de acumulación de datos está ya sólo al alcance de las big tech. Y si Google ofrece servicios gratuitos de diagnóstico precoz de enfermedades a los servicios nacionales de salud en un nuevo Estado del bienestar digital, los contribuyentes los pagarán de otra manera. Amén de los escuetos impuestos que pagan los gigantes tecnológicos... que por otra parte son favorables a la renta universal: con algo tendrá que pagar sus servicios la cada vez más gente desempleada.
Un mundo con trabajo automatizado, salario sustituido por renta básica, pobres no asistidos yaporun Estado del bienestar sino por alta tecnología y realidad virtual –pueden estar todo el día con los cascos y ser felices, como sugiere un tecnólogo trumpista– y jerarquías que resurgen. Un sistema poscapitalista que puede ser neofeudal, con los señores del big tech controlando casi todos los aspectos de nuestras vidas y los términos del debate.