CRÍTICA DE ARTE HABLAR CON SENTIDO

Lúa Coderch

Instalación, vídeo, escultura, sonido | Àngels Barcelona | Precios: entre 182 y

4.235 euros | Tel. 93-412-54-00. Hasta el 30 de marzo

Juan Bufill

La primera obra de Lúa Coderch que tuve ocasión de ver, hace unos años, se presentaba en un lugar inhabitual y fascinante: el antiguo y superviviente club de billar situado en el sótano del Coliseum, el gran teatro y antes cine –y otras cosas– de Barcelona. Esta joven artista barcelonesa –aunque nacida en la ciudad de Iquitos (Perú) en 1982, durante un viaje de sus padres– presentaba entonces una especie de instalación dispersa que incluía una entrada de luz transportada mediante espejos reflectantes hasta ese sótano. Fragmentos de la claridad exterior alcanzaban ese espacio oscuro y subterráneo. Cuando visité la muestra, la artista se encontraba en el lugar y pude constatar que se explicaba muy bien. Hace poco me sucedió algo parecido. Fui a la galería Àngels Barcelona, donde Coderch expone un conjunto de obras complementarias bajo el título The girl with no door on her

mouth (La chica sin puerta en la boca), y a media visita me comunicaron que la artista comenzaba en ese momento una visita guiada. Es cierto que las obras de Lúa Coderch son interesantes por sí mismas, y algunas más que eso: sugestivas y reflexivas, por ejemplo. Pero lo que me llamó la atención fue, otra vez, la claridad de pensamiento de esta artista y otra cualidad que, sin embargo, tiene un doble filo. No me cabe duda de que Lúa Coderch, igual que el fotógrafo Joan Fontcuberta o el danés Olafur Eliasson –un oficioso récord mundial de autoestima, por otra parte–, tiene sobrada capacidad para vender cualquier moto. En estos casos lo importante es que la moto sea muy buena. Es decir, que la propuesta sea genuina y que la obra sea sustanciosa y necesaria. Creo que Lúa Coderch es uno (en este caso una) de los artistas más prometedores de su generación, y por ello espero que en los próximos años su capacidad autocrítica y su imaginación estén a la altura de su talento conceptual y comunicador.