Tecnología para ‘sentir’ el sonido
Más de 650 millones de personas en el mundo padecen pérdida de audición, pero sólo un 20% busca ayuda auditiva. En España, un 8% sufre este tipo de problemas
El primer llanto de un recién nacido o la sonrisa que surge tras una buena noticia. El incesante murmullo de una ciudad a primera hora de la mañana o el casi absoluto silencio de un bosque al atardecer. Los primeros acordes de un guitarrista en un concierto o el susurro de las olas al romper en la orilla. El sonido envuelve a cada instante la vida de millones de personas alrededor del mundo. Pero no de todas. Entre un 10% y un 15% de la población mundial sufre pérdida de audición. En términos globales, más de 650 millones de personas no pueden disfrutar, completa o parcialmente, de la belleza del sonido. Unos tres millones de personas en España. Una situación que se agrava, cada año, por el evidente crecimiento de la esperanza de vida entre hombres y mujeres, pues el 80% de los casos en audición se producen a partir de los 65 años. ¿El problema? En plena era tecnológica, caracterizada por el desarrollo de avances capaces de resolver desafíos diarios, únicamente el 20% de las personas afectadas utiliza soluciones auditivas para paliar su deficiencia. Un problema que tiene un gran aliado aún desaprovechado: la innovación tecnológica.
Porque uno de los enemigos del sonido, de nombre presbiacusia, tiene un rival dispuesto desde hace muchos años a combatirlo con éxito: el audífono. Una solución, en España, (des)conocida, por su todavía escasa penetración entre los afectados, siendo uno de los países, sólo superado por Portugal, con un menor uso del audífono entre los afectados, con tan sólo el 8%. En Dinamarca, por ejemplo, el 45% de las personas con dificultades auditivas utiliza audífono. Una afectación, la presbiacusia, conocida popularmente como la progresiva pérdida de audición, que aparece con la edad. Sin embargo, esta no es la única causa: los malos hábitos, como escuchar música con auriculares a volúmenes peligrosos, y el innegable aumento de la contaminación acústica han desencadenado un problema mayor. La presbiacusia comienza a ser palpable entre los más jóvenes.
Así nace el reto: en una sociedad que se puede catalogar de ruidosa, con una población cada vez más envejecida –los estudios indican que España ya es uno de los países del mundo con más personas mayores de 65 años– y una población joven más contaminada (acústicamente hablando), las soluciones son más necesarias que nunca. Yaquí entra en juego la tecnología. La prevención, sí, con revisiones periódicas, pero también la capacidad de innovar. Lejos queda el básico y tosco fonífero que transportaba el sonido de la laringe al sistema auditivo de la persona afectada. El presente tecnológico tiene un nombre, audífono, y en España, un claro impulsor: GAES. Algo tan sencillo y pequeño como una prótesis en el oído cuenta con el potencial de mejorar sustancialmente la vida de las personas. “La pérdida auditiva dificulta las relaciones sociales, disminuye el rendimiento académico y laboral, provoca sentimiento de aislamiento, soledad y depresión”, aseguran los especialistas de GAES, que trabajan para dar respuesta al reto que se plantea, no sólo en España, sino en otros rincones del mundo: permitir que las personas vuelvan a
sentir el sonido. Lejos de las sofisticadas, ergonómicas, casi indetectables por su tamaño y estéticas prótesis actuales, desarrolladas con la última tecnología del mercado, el primer audífono en España voló desde Londres. Un viaje de Juan Gassó a la capital del Reino Unido supuso el nacimiento de la primera empresa española de audioprótesis. Era el año 1949. Más de medio siglo después, en un país con nueve millones de personas expuestas a diario a niveles de ruido por encima de lo recomendado por la OMSy con nueve de cada diez españoles que aseguran no tomar medidas para protegerse del exceso de ruido, GAES se ha consolidado en el mercado internacional como una de las cadenas mundiales en distribución de audífonos y líder en España. “Las ayudas auditivas actuales no tienen nada que ver con los rudimentarios y antiestéticos audífonos de los 50”, asegura Antoni Gassó, consejero delegado de GAES. Y las compara con las soluciones de hoy, “100% digitales, capaces de cubrir todas las fases de pérdida auditiva y con una alta calidad de sonido”, para demostrar un hecho: en muchos casos, un audífono es la solución.
La posición de liderazgo de GAES en el sector auditivo se ha afianzado en el 2017 con una facturación de 204 millones de euros, una consolidación de su red de centros distribuidos en nueve países (más de 600) y una plantilla de 1.840 trabajadores. Su expansión internacional también es clave en el crecimiento de la compañía, con su reciente entrada en México, que se suma a Portugal, Andorra, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador y Panamá, además de España. Yal otro lado del Atlántico surgen nuevas perspectivas en el futuro para seguir contribuyendo a la mejora de la audición: “Perú, Brasil, Costa Rica y Uruguay son mercados potenciales en los que nos gustaría poder entrar a medio plazo”, apunta Gassó. Nuevos países para afrontar un reto global con un único propósito: hacer que las personas sientan, a través de la última tecnología, el sonido.
El 89% de los españoles asegura prestar poca atención a sus oídos y sólo un 10% se realiza revisiones, según GAES La empresa se consolida como una de las firmas mundiales más reconocidas, con 600 centros en nueve países