La revolución escocesa
Dennis C. Rasmussen relata el cuarto de siglo de amistad e ideas compartidas entre Hume y Adam Smith
La Escocia del XVIII pasó de la ignorancia a una Ilustración que cambió el mundo
Un libro sobre la amistad de dos titanes del conocimiento. Pero también de cómo las ideas no nacen en el vacío –“vamos a hombros de gigantes”, como subrayaban Bernardo de Chartres e Isaac Newton– y cómo florecen especialmente a través del diálogo y, también, la admiración. Y, por último, una obra sobre un tiempo prodigioso, la Escocia del siglo XVIII, que alumbró muchas de las ideas que conformaron el mundo moderno. El infiel y el profesor es un ensayo del profesor Dennis C. Rasmussen dedicado a los escoceses David Hume y Adam Smith y la fructífera relación intelectual y humana que el gran filósofo empirista y el padre de la economía moderna mantuvieron durante más de un cuarto de siglo.
Una amistad que se prolongó desde que los dos genios se conocieron en 1749, y hasta que Hume falleció en 1776, con gran parte del pueblo británico esperando ansioso las nuevas sobre su defunción: su escepticismo religioso y su sarcasmo le había merecido el apodo de “el Gran Infiel”. Muchos querían saber cómo se enfrentaría a la muerte y si tendría que echar mano de la religión para buscar consuelo.
Justamente Smith –que acababa de publicar La riqueza de las naciones– relató el final de Hume en una carta: nunca perdió la alegría ni la bonhomía y jovialidad que le caracterizaron. Unfilósofo que, recuerda Rasmussen, al revés que pensadores como Descartes que intentaron fundamentarlo todo en la razón pu- ra y abstracta, vio que la única base sólida para el conocimiento sobre los seres humanos y el mundo se encontraba en“la experiencia y la observación ”. La moral no emanaba de una fuente trascendente, sino de los sentimientos humanos comunes, en especial de nuestro sentido de aprobación y desaprobación. En ese sentido, Rasmussen traza líneas de ida y vuelta entre la obra de Humey Adam Smith, cuyolibro fundamental para él no fue La riqueza de las naciones –de donde saldría el famoso concepto de la mano invisible del mercado– sino La teoría de los sentimientos morales, en el que uno de los conceptos claves del edificio moral que construye es la empatía.
El infiel y el profesor indaga tanto en las ideas de los dos pensadores como en los episodios más famosos de sus trayectorias, como la enloquecida trifulca entre Hume y Rousseau, en la cual el fugitivo filósofo francés, al que Hume ayudó a instalarse en Inglaterra y a tener pensión del rey, acusó al escocés de ser el ejecutor de una conspiración para controlarle. Y, por supuesto, el libro habla de la revolución que vivió la Escocia del XVIII, que pasó de estar sumida en la ignorancia, la superstición y los conflictos religiosos a ser un faro de Occidente con la Ilustración escocesa. El autor la explica por el sistema innovador de escuelas parroquiales, las universidades, las editoriales, la llegada de pastores más progresistas a las iglesias y la unión de 1707 con Inglaterra, que dio lugar a Gran Bretaña y a una gran expansión económica y al aumento de las libertades y oportunidades. Hume y Smith la aprobaban, dice el autor, aunque lamentaban que siguieran los prejuicios ingleses a todo lo escocés.