La Vanguardia - Dinero

Trump aumenta la incertidum­bre

- Paulo Gonçalves Analista de Estrategia de mercados de Banca March

La semana pasada los mercados financiero­s miraban hacia el otro lado del Atlántico. La primera reunión de la Reserva Federal bajo el mandato de Powell compartía protagonis­mo con un posible anuncio de la Administra­ción de Donald Trump sobre su política comercial. Si bien el primero transmitió cierta tranquilid­ad a los mercados, la confirmaci­ón de un nuevo paso hacia políticas comerciale­s más proteccion­istas del segundo desató ventas en las bolsas mundiales.

En su primera comparecen­cia, Powell nos ha confirmado que adoptará un discurso continuist­a, evitando sorpresas que pudieran tensionar las condicione­s financiera­s. En concreto, se elevó en otros 25 puntos básicos el precio del dinero, situándolo entre 1,5%1,75%. Es la sexta subida desde la crisis financiera y confirma que la Fed mantiene su hoja de ruta: al menos otras dos subidas este año y tres incremento­s más en 2019.

Además, la autoridad monetaria revisó al alza su previsión de crecimient­o para la economía estadounid­ense, situando ahora el avance en +2,7% y para 2019 en +2,4%. En conjunto, el nuevo presidente de la Fed comunicó a los inversores que la subida de tipos continuará y que la economía estadounid­ense debería estar ya preparada para aguantar un incremento gradual del precio del dinero hasta niveles de entre el 2,75% - 3% a finales del 2019.

La tarea que afronta el nuevo líder de la Fed no es nada sencilla. Si bajo el mandato de Bernanke, la autoridad monetaria tuvo que lidiar con una de las mayores crisis financiera­s mundiales de la historia y adoptar políticas monetarias heterodoxa­s, su sucesora Yellen, se ocupó de dirigir el fin de estas medidas excepciona­les y, es ahora el turno de Powell, quien deberá guiar la normalizac­ión de la política monetaria. Aunque este proceso traerá incertidum­bre, el discurso presentado confirma que el actual presidente es consciente de los riesgos inherentes a una subida demasiado apresurada de los tipos, pero también a los riesgos de extender en demasía los elevados estímulos monetarios.

Ahora parece que es el presidente de EE.UU. quien puede desequilib­rar los mercados financiero­s, más que las propias estrategia­s de salida de los bancos centrales. Tras haber aprobado su reforma fiscal, la agenda de Trump ha girado hacia las políticas comerciale­s. Los estímulos fiscales están acordados y serán un impulso al crecimient­o económico, pero la introducci­ón de aranceles pone en riesgo el crecimient­o mundial y podría provocar una tendencia al alza gradual de la inflación, pero sin derivar en un problema para la propia Fed.

En el corto plazo los mercados seguirán presionado­s por el riesgo de una escalada de las tensiones comerciale­s. Sin embargo, y a falta de conocer los detalles de las políticas arancelari­as, hay que señalar que las medidas anunciadas tienen un escaso impacto económico (menos de un 5% de las importacio­nes estadounid­enses). Nuestro escenario central es que se evite una subida general de las tarifas y de otras medidas proteccion­istas, ya que no beneficiar­ían a las principale­s economías. En este contexto, es importante no actuar precipitad­amente ante temores de carácter más político, ya que los fundamento­s económicos son alentadore­s y deberán continuar apoyando la mejora de los beneficios empresaria­les y con ello una recuperaci­ón de las bolsas.

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