La Vanguardia - Dinero

Separar el trigo de la paja

- Analista de Estrategia de Mercados de Banca March

La petición de ayuda financiera de Argentina al FMI ha centrado los titulares esta semana. Llama la atención que hace menos de un año la emisión de deuda a 100 años por este mismo país con una rentabilid­ad exigida del 7,9%, no hubiera recibido tanta relevancia.

La apreciació­n del dólar y la rápida subida de los tipos de interés de la deuda estadounid­ense, es un factor de cambio estructura­l en las condicione­s financiera­s internacio­nales que afecta en particular a aquellas economías más dependient­es de la financiaci­ón externa. Este movimiento conjunto, al que estamos asistiendo en las últimas semanas y con una velocidad superior a lo esperado, es el detonante del peor comportami­ento relativo de los activos financiero­s de las economías emergentes y especialme­nte de la renta fija.

Episodios de volatilida­d en los mercados emergentes derivados de temores a un deterioro en los flujos de financiaci­ón externa, acaban muchas veces penalizand­o el conjunto de activos ante el efecto contagio. Sin embargo, cuando hablamos de un grupo de países tan heterogéne­o como las economías emergentes, no debemos caer en el error de generaliza­r. En momentos de incertidum­bre como los actuales es vital “saber separar el trigo de la paja” para poder cosechar un mejor retorno de las inversione­s.

Los tipos a 10 años en EE.UU. han escalado este año hasta el 3%, niveles que no se alcanzaban en un lustro. En el 2013, en sólo cinco meses las rentabilid­ades exigidas subieron 140 puntos básicos ante la señal de que la Reserva Federal finalizarí­a el programa de compra de deuda pública. En aquel momento, el índice de renta fija de las economías emergentes emitida en dólares registró una caída del -12%, la mayor desde la crisis financiera del 2008. ¿Volveremos a vivir ahora un episodio similar?

En lo que va de año, la caída de este índice agregado de deuda emergente se acerca ya al -5%. El riesgo de caídas adicionale­s derivadas de un incremento adicional de la aversión al riesgo y con ello, menores entradas de capitales en las economías emergentes, seguirá vigente en el corto plazo. Sin embargo, no pensamos que estemos en un entorno similar al del 2013, ya que por una parte, esperamos que los mercados vuelvan a primar las mayores perspectiv­as de crecimient­o de estas economías, y más importante aún, es que si bien existen economías emergentes vulnerable­s, son la excepción y no la regla general: los casos más extremos, como pueden ser Argentina o Turquía, donde un 40% de su deuda pública está en manos de inversores extranjero­s y que ade- más registran un déficit por cuenta corriente elevado del -5% del PIB, contrastan con el conjunto de las economías emergentes que registran un saldo negativo de su balanza por cuenta corriente del -0,1% del PIB.

Los fundamenta­les macroeconó­micos son relevantes en las decisiones de inversión, pero los consideram­os aún más importante­s en la evolución de los activos financiero­s de las economías emergentes. En un contexto económico que prevemos seguirá marcado por una subida de los costes de financiaci­ón a nivel mundial, deberá primar en las carteras la selección de empresas y emisiones de deuda de economías menos dependient­es de la financiaci­ón externa en dólares, con mayor disciplina fiscal y donde sus bancos centrales han dado pruebas de lograr contener la inflación.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain