EXPOSICIÓN ESPACIO PERDIDO
Con el título Espacio perdido se presenta la primera exposición individual en España de Guy Mees (1935-2003), uno de los artistas más reconocidos del arte vanguardista belga en la década de los setenta de la pasada centuria. La muestra está organizada en dos capítulos y este comentario se ciñe a la segunda parte, inaugurada el 10 de mayo, glosándose las obras elaboradas a partir de 1983 cuando materializó la idea del espacio perdido, el adyacente y aparentemente vacío situado junto al habitado, que respondía al manifiesto inicial concebido en colaboración con Will Joris Lagrilliere y Wim Meuwissen.
Mees definió el concepto de “espacio perdido” como el lugar marcado por el color, la forma, el gusto, el olfato y el sonido, o sea, el espacio como totalidad que puede ser percibido por los seres humanos con el conjunto de las apreciaciones sensoriales que ayudarán a descifrar el mundo por el que nos movemos.
Las piezas que el artista belga ejecutó desde mediados de los ochenta hasta principios de los noventa adoptan la forma de tiras de papel de colores cortados de distinta manera y clavados directamente en el muro. Una selección de siete trabajos se exhiben en la galería que dirige Silvia Dauder, utilizando papel mate, lienzo de pintor, papel de aluminio y papel de periódico. Recortados en diferentes tamaños, los distintos tonos y su combinación producen un efecto lumínico que proyecta una interesante experiencia visual.
Estos “cuerpos”, como los llamaba su autor, aparecen ante los espectadores con la intención de profundizar en su virtuosismo estético conseguido con la fusión de elementos afines a la pintura, la escultura y la arquitectura, para definir un alfabeto tan improvisado como sutil, que aspira a maridar lo visible con lo invisible, lo que existe junto a lo que imaginamos porque estos trabajos se transforman en una metáfora de una realidad ilimitada que, al mismo tiempo, cabe en el hueco de una mano de niño.