Europa, en cabeza
Los fondos que invierten en empresas europeas presentan este año buenas rentabilidades, y el mes de abril ha sido especialmente alcista debido a la recuperación de los mercados derenta variable del continente. Algunas bolsas, como la de París, han tomado la delantera, en buena medida debido al programa reformista del nuevo presidente francés, Macron, que ha logrado atraer numerosas valoraciones positivas tras su primer año de gestión al frente del país.
De hecho, de los veinte fondos de inversión más rentables en lo que vadeañoentrelosqueapuestanpor bolsas europeas, nada menosque17 han logrado mejores rendimientos enel mesdeabril queenelconjunto de los cuatro primeros meses. Es decir, en abril lograron dejar atrás las pérdidas que habían cosechado en los tres primeros meses del año.
El más rentable en estos cuatro primeros meses, el fondo Okawango, de la gestora Abante, ha logrado superar el 9% de rentabilidad en el periodo de cuatro meses. La mitad de los veinte fondos más rentables este año entre los que apuestan por bolsas europeas lograron en el mes de abril superar el 5% de ganancia en el mes. Bankinter y CaixaBank logran situar también algunos de sus fondos entre los más rentables en lo que va de año, con ganancias acumuladas hasta finales de abril por encima del 4%.
La mejora de las previsiones económicas para el conjunto de este año, la caídadelvalordeleuroenrelación con el dólar y el positivo clima económico internacional han generado una mejora de las expectativas, junto a un avance en los beneficios empresariales que han si- tuado las valoraciones de muchas compañías en parámetros bastante atractivos.
La previsión para estos mercados es, en general, optimista, aunque algunosnubarronespuedenentorpecer el horizonte inmediato, comoes el caso de la incierta trayectoria política italiana, con una alianza de partidos en los que existen tenden- cias marcadamente antieuropeas que han sembrado cierta inquietud en medios económicos. También en el plano político, el debate sobre el futuro de la Unión Europea en el que Francia y Alemania mantienen posiciones diferenciadas, aunque con claro apoyo al euro y a la unidad de políticas en la eurozona, es una fuente de inquietud.