La naturaleza, activo empresarial
Las compañías incorporan en su estrategia los riesgos y oportunidades derivados de su relación con el medio
Además de preocuparse por el capital financiero y el capital humano, cada vez más empresas valoran también el que se conoce como capital natural, el stock de capital derivado de los recursos naturales. Directa o indirectamente, las compañías interactúan con el medio natural, ya sea con la extracción de materias primas, el uso de energía y agua, la generación de residuos o la emisión de gases contaminantes. Este nuevo concepto busca ser un activo estratégico que permita cuantificar y evaluar la relación de las empresas con el medio ambiente. Este análisis debe permitir reducir los riesgos derivados de la relación de las organizaciones con la naturaleza y aprovechar las oportunidades que se derivan de ello.
Por ejemplo: al evaluar las fuentes de materias primas, se estudia la disponibilidad de estos materiales a largo plazo y se pueden evitar posibles incrementos de precio por escasez de este recurso. Otro ejemplo: al preocuparse por el capital natural, las empresas ganan en reputación, se avanzan a posibles requerimientos normativos o incluso a exigencias de los inversores. “Las agencias de calificación pronto van a incorporar los riesgos climáticos en sus ratings”, advierte David Álvarez, director ejecutivo de Ecoacsa, empresa creada con el objetivo de divulgar, fomentar y desarrollar los mercados de medio ambiente en España.
“Las grandes empresas y los sectores con una mayor dependencia del medio natural, como el agroalimentario o el energético, son los que más están incor- porando el capital natural en su estrategia empresarial”, indica Álvarez quien destaca también que “hay una sensibilidad muy grande por parte del mundo financiero”. Elvira Carles, directora de la Fundación Empresa y Clima, destaca el retorno económico de tener en cuenta el capital natural: “Por cada euro invertido se multiplica por cuatro el retorno para la sociedad y el medio ambiente”. Carles pone un ejemplo catastrofista, pero claro: “Un largo periodo de escasez de agua en un país del tercer mundo puede acabar en una guerra”.
“El capital natural ha cogido mucha fuerza desde la publicación del borrador de directiva de la Unión Europea sobre este tema, que en dos o tres años máximo se convertirá en ley”, explica la directora de la Fundación Empresa y Clima. Noruega, Suecia, Dinamarca y Holanda son países pioneros, pero en España también hay casos destacados. Los días 13 y 14 de junio, Barcelona acoge el II Natural Capital Summit, en el que varias empresas explicarán sus acciones de capital natural. Uno de los casos más cercanos es el de la cementera LafargeHolcim, que ha participado en la restauración del Turó de Montcada i Reixac (Vallès Occidental), tras años de explotación minera de la zona. LafargeHolcim ha querido ir más allá de lo legalmente obligatorio, recuperando y favoreciendo la biodiversidad.