Masterpiece 2018
La capital británica se convierte en una muestra ecléctica de arte total
Masterpiece en Londres sigue su carrera ascendente y pasa a definirse como la feria líder en el mundo del coleccionismo ecléctico, mostrando todo el espectro de arte, diseño, mobiliario o joyería, desde la antigüedad hasta nuestros días. Obras de todos los momentos de la historia del arte conviven durante una semana en un antiguo hospital de la distinguida zona de Chelsea para ser vistas, descubiertas y compradas. Ylo hace en un momento del año en el que la ciudad estalla con las subastas de verano, la London Art Week, el Arte Night, la inauguración del jardín de esculturas de Frieze y un largo etcétera de actividades que, sumadas a los 250 años de la Royal Academy of Arts, hacen que la visita sea muy recomendable en estas fechas.
Hace un par de años, cuando esta columna empezó a andar, advertimos que Masterpiece, liderada desde el 2010 por Philip Hewat-Jaboor, era un proyecto de futuro porque había leído muy bien, y como pocas otras, las claves de una experiencia artística única. Después vendría la compra de la mayoría de las acciones por MCHGroup, la propie- taria de Arte Basel, y la esperada expansión en otras ciudades que a día de hoy aún no se ha concretado.
La feria abría con una interesante instalación de Marina Abramovic. Toda una declaración de intenciones sobre su voluntad de posicionar también en la contemporaneidad. Quizás por eso este año ha encontrado encaje, entre las 160 galerías participantes, Hauser & Wirth con uno vistoso wunderkammer ( gabinete de curiosidades) que hacía las delicias de los visitantes. En medio de una desacomplejada yuxtaposición de obras de primer nivel destacaban unos deliciosos nenúfares de Monet (21 millones de libras) en Gladwell & Patterson, o un Picasso digno de museo (35 millones) a Landau Fine Arts. La única barcelonesa, Mayoral, exhibió una cuidada selección de Tàpies, Saura, Miró y un Millares de un dramatismo excepcional.