EXPOSICIÓN CALLEJA SIGUE CRECIENDO
De sólito, las obras de Calleja son breves formatos, piensa que para dominar el espacio no se requiere grandes tamaños. Pero ahora nos regala piezas mayores, algo que yo no había visto hasta hoy, como la reproducida: Little Vincent, 2018, acrílico sobre lienzo, 195x162 cm, 23.000 euros. Nada más ver la imagen habrán deducido, con criterio, que su originalidad está trufada de pop, surrealismo y cómic. En sus retratos, en los que a veces se puede reconocer al autor, hay frases en inglés irónicas, críticas o enigmáticas. Un juego intelectual que trata de exprimir nuestra percepción hasta que capte la esencia del envite.
Javier Calleja (Málaga, 1971), licenciado por Granada, ha realizado veinticuatro individuales desde 2003, en España, Alemania, Francia, Bélgica, EE.UU., China, Japón y Tailandia. Siendo distinguido con los premios Pepe Espaliú y dos en SWAB, 2014. Sin alharacas ni golpes de efecto, en poco tiempo, se ha convertido en un autor de culto, de esos escasos que tienen lista de espera, con un buen número de coleccionistas públicos y privados. Ha sabido imantar al espectador, que se entrega a su obra con adhesión emotiva apasionada.
En I hope you don’t mind, rubro de la muestra, hay dibujos, pinturas sobre papel y lienzo y esculturas seriadas del 2017. Sus retratos generan inquietud y placer, gracia y acidez, impactan. Crece en calidad y ambición sin perder su ternura lúdica, la ingenuidad.