El jarrón chino
¿Quién no ha pensado alguna vez que aquella antigüedad asiática tan bonita que había en casa de los abuelos podía tener cierto valor? Algo parecido se preguntó una familia de la campiña francesa cuando por casualidad encontró en el desván de su casa un jarrón chino que llevaba décadas olvidado. Se les ocurrió ponerlo en una simple caja de zapatos y llevarlo a la casa de subastas Sotheby’s de París para preguntar si se lo podían mirar. Cuál sería su sorpresa cuando, tras un minucioso estudio, les comunicaron que se trataba de un raro y magnífico jarrón imperial chino de porcelana famille-Rose, un Yangcai del siglo XVIII de cierto valor que fue elaborado en los talleres imperiales de Jingdezhen bajo el patrocinio del emperador Qianlong, que reinó en China del 1736 al 1795.
Parece que los bisabuelos de los actuales propietarios lo recibieron de un tío y aparecía listado en el ajuar de su piso de París cuando falleció en 1947. Más allá no se pudo trazar, pero sabemos que ya en el siglo XIX había en Francia un especial interés por el arte asiático, y parece que sólo existe en París otro jarrón similar en el Musée Guimet, adquirido por Ernest Grandidier en 1890 a un comerciante de arte asiático. Con todo este historial, la casa de subastas les hizo una estimación asombrosa: ¡entre 500 y 700.000 euros! Una cantidad nada despreciable por una porcelana que creían de escaso valor.
El jarrón salió en la subasta Asian Arts del pasado mes en junio de París. Lo situaron en medio de la sala, en una preciosa vitrina de cristal que lo protegía. Tras veinticinco minutos de vibrantes pujas, un joven coleccionista chino que estaba presente se hizo con él. La pantalla de resultados marcaba sorprendentemente algo más de 16 millones de euros. Como medirían por teléfono del equipo de comunicación de Sotheby’s París, C’est pas mal!
La pieza llevaba décadas olvidada en el desván de una casa de campo