Una empresa surgida de la UABtrabaja una nueva estrategia contra tumores
Nanoligent, empresa surgida de la UAB, trabaja en una nueva estrategia para atacar a las células tumorales
El ONCO Emergence Forum, un congreso networking centrado en la creación deconsorcios, redesyproyectos colaborativos en oncología capaces de acceder a convocatorias de la Comisión Europea, concedió el pasado mes de junio el premio de su concurso de proyectos empresariales a Nanoligent, una iniciativa surgidadelaUniversitatAutònoma de Barcelona (UAB).
El mismo mes de junio Nanoligent fue finalista en el Foro de Innovación de Acció y recibió el premio que otorga la empresa de abogados RCD al mejor proyecto participante en el área de ciencias de la salud de esta convocatoria de la agencia catalana Acció.
Las tres distinciones de este verano muestran que Nanoligent es una apuesta de innovación empresarial con mucho futuro. La base es igualmente sólida: másdediezaños de estudios científicos de nanotecnología y farmacología oncológica avalanla tecnologíaqueNanoligent pretende llevar al mercado.
La nueva spin-off de la UAB está impulsada por Esther Vázquez y Antonio Villaverde, del Instituto de Biotecnología y Biomedicina de esta universidad; y Ramón Mangues, del hospital de Sant Pau. Una vez constituida, la empresa está dirigida por Manuel Rodríguez, profesional con experiencia en el campo de la inversión y la creación de compañías biotecnológicas.
“Fruto de la colaboración de los equipos de la UAB y de Sant Pau se inició el desarrollo de medicamen- tos que pudieran dirigirse a células concretas, en este caso células cancerosas”, resume Manuel Rodríguez. El proyecto se basa en el desarrollo de una nanomedicina para el tratamiento de las metástasis mediante la eliminación selectiva de las células madre tumorales. Con este objetivo se utilizan nanopartículas que transportan un fármaco quimioterapéutico y lo liberan en las células cancerosas.
Los investigadores ya han creado un prototipo del fármaco y han realizado ensayos in vivo en modelos animales de cáncer colorrectal, que han demostrado su eficacia, biodistribución selectiva y baja toxicidad.
Se trata pues de unnuevo sistema de administración de fármacos basado en nanopartículas proteicas que conducen selectivamente el agente terapéutico a las células tumorales. El fármaco actúa sólo sobre las células cancerosas, y se basa en la interacción específica entre una proteína presente en la nanopartícula y un receptor celular (CXCR4), sobreexpresado en las células tumorales. “Esta interacción es crucial, porque permite atacar sólo células tumorales y no células sanas, evitando así efectos secundarios derivados de la quimioterapia clásica”, destacaba Antonio Villaverde en una nota difundida por la UAB.
El trabajo de investigación ha sido largo y es posible que todavía falten unos ocho años hasta que estos productos lleguen al mercado, pero los promotores de Nanoligent están convencidos de que disponen de una tecnología con mucho potencial, que podría tener un alto impacto clínico a medida que sesuperenlosensayosregulatorios. Dehecho, hastala fechanohayenel mercadofármacosqueeliminenselectivamente las células madre metastásicas, como está consiguiendo esta joven empresa con sede en el edificio Eureka de Bellaterra.
La tecnología con la que trabaja Nanoligent, licenciada por la UAB, está avalada por tres patentes internacionales de la European Patent Office y la United States Patent and Trademark Office.
En este tipo de trabajos, el papel de la universidad es muyimportante pero “llegamos a un punto en que es necesario crear una empresa”. Sólo con una estructura empresarial, como es en este caso Nanoligent, en funcionamiento desde el 2017, se puede hacer frente al reto de buscar inversores y completar el largo procesoregulatorio necesario para que el medicamento llegue a los enfermos.
Manuel Rodríguez explica que parallevar acabolaspróximasfases de este trabajo, Nanoligent espera conseguir unos tres millones de euros, distribuidos en los próximos cinco años; para lo cual ya hapuesto en marcha una primera ronda de financiación.
El proceso de ensayos clínicos y estudios por completar puede durar todavía unos ocho años