La tercera dimensión
Ocasionalmente surgen originales iniciativas encaminadas a mejorar la seguridad en carretera. Uno de los últimos experimentos que se han podido observar en nuestra red vial son los pasos de peatones tridimensionales. No es que se haya apostado por montar las bandas encima de bordillos. Lo que se ha hecho ha sido poner en práctica una fantástica propuesta de pintura, que consigue un efecto visual 3D, a base de diversas tonalidades que ejercen una especie de juego de sombras.
Lo cierto es que, a determinadas horas, según la incidencia de la luz ambiental, el efecto de la tercera dimensión adquiere una presencia realmente espectacular, incitando a los conductores a aminorar la marcha ante su irrupción. Nunca dejaremos de repetir el esencial papel que juega la vista en la conducción, y por ello es tan importante que el conjunto de señalización sea tan claro y conciso que no pueda inducir jamás a dudas o errores de interpretación.
Pero la vista, igual que el resto de sentidos, acaba acostumbrándose a todos los estímulos que recibe cotidianamente. Por ello, es fácil llegar a la conclusión de que, si un día todos los pasos de peatones se pintan con este especial tipo de trato gráfico, es probable que su efecto disuasorio se diluya. Lo que no perdería vigencia jamás sería la deseable base de conocimientos que se adquirirían en la escuela si la educación vial pasara a formar parte de las materias impartidas en la enseñanza obligatoria que damos a los niños.