Submarinos de paz
Iqua Robotics comercializa robots subacuáticos de investigación
Girona 500 y Sparus II son vehículos para la exploración submarina que incorporan varios equipos y sensores
Iqua Robotics celebrará este mesde octubre su segundo aniversario con un balance positivo: cinco contratos de venta de sus robots submarinos y más de un millón de euros de facturación. Los primeros pasos siempre son difíciles para las empresas debasetecnológica peroesta spin-off de la Universitat de Girona (UdG) está teniendo una buena acogida en centros de investigación o universidades que necesitan de equiposligeros, eficientes yautónomos en el estudio y exploración de fondos marinos.
“La demanda de este tipo de robots es pequeña pero el mercado es mundial y ya hemoscontactado con clientes de Israel, Alemania, Reino Unido y Corea del Sur”, explica Marc Carreras, director general y socio fundador de Iqua Robotics.
“Nuestro proyecto surge de muchos años de trabajo en el laborato- rio de investigación en robótica submarina del Instituto de Visión por Computador y Robòtica, Vicorob, de la UdG, y tiene el objetivo de facilitar la comercialización de este conocimiento”, explica Marc Carreras, impulsor de esta iniciativa empresarial junto a Pere Ridao, ambos profesores de la UdG e investigadores del Vicorob.
La nueva empresa tiene como socio a la propia universidad con el objetivo de valorizar los resultados de proyectos llevados a cabo en uno de sus institutos más avanzados.
Los dos primeros equipos desarrollados porlosexpertosdellaboratorio de investigación en robótica submarina, y ahora comercializados por esta spin-off de la UdG, son los robots o vehículos autónomos submarinos Girona 500 y Sparus II.
“Son como drones pero en vez de volar están preparados para la exploración submarina, y en nuestro caso son vehículos con unas capacidades de maniobra e inspección más elevadas que otros equipos comercializados”, indica Carreras.
Los dos submarinos de Iqua Robotics disponen de propulsores de alto rendimiento y una gran capacidad para integrar diversos tipos de sensores, dejando abierta la posibilidad de que en el futuro lleven bra- zos robóticos para manipular o recoger objetos en el fondo marino.
En ambos casos, se trata de vehículos diseñados para registrar datos y hacer inspecciones del fondo marino para aplicaciones científicas, medioambientales, arqueológicos, industriales y de seguridad. Además del equipamiento básico, Iqua Robotics ofrece la posibilidad deadaptaracadamodelolosinstru- mentos que les sean necesarios, como pueden ser cámaras, sensores para la medida de las cualidades del agua o equipos de sónar.
Sparus II es el modelo más compacto y fácilmente transportable, preparado para trabajar hasta los 200 metros de profundidad. Su estructura tiene forma de torpedo, con 23 centímetros de diámetro y 1,6 metros de largo, con un total de 52 kilogramos de peso. El modelo Girona 500 pesa unos 200 kilogramos y está formado por tres estructuras en forma de torpedo con unas dimensiones totales de 1x1x1,5 metros. En este caso, el vehículo submarino está preparado para trabajar hasta los 500 metros de profundidad.
Iqua Robotics tiene su sede en el edificio del Centro de Empresas Giroemprén y en su primera etapa de funcionamiento trabaja con recursos económicos propios; sin que por el momento se haya planteado ninguna ronda de financiación.
“Enlos dos primeros años nos hemos centrado en industrializar los dos vehículos iniciales, con el objetivo de hacerlos más robustos y adaptarlos mejor a los clientes potenciales”, destaca Marc Carreras.
El próximo año la empresa trabajará también en nuevos diseños propios y en la ampliación del tipo de clientes a los que dirige la oferta. “Hasta ahora nos hemos dedicado a centros de investigación y universidades pero pretendemos abrir nuestra oferta a las empresas que tienen proyecto submarinos que también requieren equipos de mayores dimensiones”, explica el director general de la empresa Iqua Robotics.