Carriles menguantes
Cualquier conductor se habrá dado cuenta de la preocupante merma de anchura que está afectando a los carriles de circulación pintados en las calles de las principales ciudades de nuestro entorno. Actualmente, este pernicioso inconveniente aboca a situaciones de tráfico presididas por el peligro de accidente. Cuando se ensanchan las aceras de una calle, no es de recibo que se estrechen los carriles destinados a la circulación sin tener en cuenta lo que sucede en el tráfico cotidiano.
En esta ocasión no vamos a cargar únicamente contra los estamentos de gobierno, puesto que los propios fabricantes de automóviles deben asumir su parte de culpabilidad. No en vano, los coches han experimentado un considerable crecimiento de dimensiones con el paso de los años, factor clave para reclamar que se amplíen los carriles. A modo de ejemplo, la primera versión del Volkswagen Golf, lanzada en 1974, medía 161 centímetros a lo ancho, mientras que la generación actual mide casi un palmo más (19 cm).
Los aficionados al slot hace tiempo que encontraron la solución a los problemas que planteaban los bólidos eléctricos a escala 1/32, que crecían asimismo según el ritmo dictado por sus hermanos de talla real. Como por arte de magia, la empresa catalana Ninco decidió fabricar pistas más anchas. Esperemos que algún día tomen nota nuestros políticos y apuesten por carriles crecientes en vez de menguantes trampas de asfalto que aterrorizan a los retrovisores.