La inteligencia artificial aumentará un 10% el empleo en cuatro años
La inteligencia artificial creará más empleos de los que destruirá. La clave para lograrlo está en una apuesta firme por el aprendizaje permanente
Gran despegue La inversión empresarial en inteligencia artificial crece intensamente y llegará a los 57.000
millones de euros en el horizonte 2020-21
El desarrollo de la inteligencia artificial (IA), en contra de lo que generalmente se piensa, tendrá un impacto positivo en la creación de empleo. Un estudio de la consultora Accenture estima que el volumen global de puestos de trabajo puede aumentar en el mundo un 10% en los próximos cuatro años como resultado de la intensa inversión que las empresas están realizando en las nuevas tecnologías inteligentes. Así se ha puesto de manifiesto en los Encuentros en La Vanguardia celebrados recientemente sobre el impacto de la IA en el empleo. Al respecto, según datos del mismo estudio, el 72% de los trabajadores españoles considera que tendrá un impactopositivo enel entornolabo- ral, unporcentajequeestádiezpuntos por encima de la mediamundial.
Esther Gasull, directora de la oficina de Barcelona de Accenture y ManagingDirector deEstrategia de la misma compañía, que ejerció de anfitriona de los Encuentros en La
Vanguardia, juntamente con Albert Gimeno, director de Comunicación de Grupo Godó, afirma que, ciertamente, habrá determinados empleos que desaparecerán pero que el balance global será positivo. Para ello el gran reto de la sociedad está en entender muy bien los nuevos tiposdeempleoylasnuevashabilidades profesionales que se necesitan. “Es necesario –dijo– reinventar los roles en el trabajo. Esto es urgente hacerlo porque la inversión empresarial en IA crece de forma exponencial en todo el mundo”.
Según datos del citado estudio de Accenture en el 2017 la inversión en IA alcanzó en el mundo los 12.000 millones de dólares y en el horizonte 2020-21 puede llegar a alcanzar los 57.000 millones. Esta gran expansión de la inversión en IA se explica porque se estima que tendrá un gran impacto en la mejora de los ingresos de las organizaciones, que podría llegar a incrementarse hasta un 38% en el 2022.
Esther Gasull afirma que una gran parte de las empresas ya están utilizando la IA pero que, por el momento, no le sacan todavía el máximo potencial para generar valor. “Hay mucho camino por recorrer enlacolaboraciónentreelhombrey las máquinas –dice– para que esta simbiosis se traduzca en el desarrollo de nuevos modelos de negocio, nuevos productos y nuevos servicios”. Es revelador, en este sentido, otro dato del citado estudio: si bien el 30% de los trabajadores consultados trabaja ya con tecnología inteligente sólo el 24% de las compañías reconoce haber realizado algún cambio para adaptarse a ellas.
Añade la directora de la oficina de Barcelona de Accenture que hay que analizar las habilidades que se necesitan para esa nueva relación conlas máquinas y queello exige invertir mucho dinero también en la formación de las personas.
Carlos Esteban, director de Recursos Humanos de la compañía de seguros Zurich, considera que para el éxito de la IA serán claves las personas. “Lejos de amenazar el empleo, la colaboraciónentrepersonas ymáquinas–dice- ayudaainnovary amejorarlaproductividadenlamedida que se reducen las ineficiencias y se avanza en agilidad”.
Explica Carlos Esteban que gracias a la IA los departamentos de Siniestros ydeAnalytics desucompañíahandesarrolladounnuevoenfoque para la detección del fraude en seguros, con la utilización de herramientas predictivas y de visualización que identifican posibles fraudes y alertan de los mismos.
Añade Carlos Esteban que la IA provoca también cambios positivos en el contexto de trabajo, ya que permite una mayor flexibilidad para que las personas puedan en trabajar desde donde quieran, como quieran y cuando quieran, sobre la base de objetivos y de valoración de los resultados, en un clima de confianza entre equipos. Esto supone unatransformaciónculturalimportante en beneficio de la conciliación laboral y familiar.
Enric Soler, director de Recursos Humanos de Mango, explica que la experiencia con IA en su empresa demuestra que de momentonodestruyeempleo.“Asíhasidoporejemplo –afirma- con la puesta en marcha de nuestro almacén inteligente. Coneldesarrollo del comercio electrónico ha sucedido lo mismo. Osu-
El riesgo es que haya escasez de talento y cueste hallar los perfiles laborales necesarios
El único camino de futuro pasa por invertir más en la formación de las personas
cerá con el Big Data, que nos permite predecir la capacidad de respuesta de nuestros clientes ante las nuevas colecciones. Entodoslos casos necesitamos perfiles profesionales con nuevas habilidades y capacidades. Elresultadoesqueconla incorporación de la IA incrementamos la productividad pero no reducimos empleo”.
Incide Enric Soler en que se habla mucho de IA pero poco de inteligencia colectiva. En este sentido cree que las empresas tienen todavía el reto de desarrollar el máximo potencial de la colaboración entre las propias personas y no sólo entre éstas y las máquinas.
Laura Carnicero, directora de Formación de SEAT, afirma que hay que ayudar a las personas para afrontar con éxito el impacto de la IA. “En SEAT somos 15.000 personas y, para transformarnos, la formación es imprescindible. Por esta razón, hemos iniciado programas muypotentesconelobjetivodedesarrollar nuevosconocimientosyadquisición de nuevas competencias”.
“Debemos entender –añade– que estamos en un aprendizaje continuo porque la tecnología evoluciona de forma muy rápida. Y una vez nos hemosconcienciado, es necesario disponer de herramientas para que este aprendizaje vaya en la dirección correcta. En SEAT, en este sentido, estamos analizando las nuevas habilidades profesionales que se necesitan y las competencias de futuro que exige cada puesto de trabajo y ponemos los medios para que cada persona pueda formarse y evolucionar. Esto nos ayudará mucho a detectar talento entre las personas que trabajan con nosotros”.
David Payeras, vicepresidente de Desarrollo de Recursos Humanos de Grifols, avanza que en el futuro los trabajos másrepetitivos se reducirán con el progresivo desarrollo de la IA pero que el balance global será positivo. Dice que así ha sido, hasta ahora, en Grifols, empresa queencincoañoshadobladolacifra de su plantilla, hasta llegar a las 20.000 personas, gracias a su crecimiento orgánico y a sus adquisiciones.
El problema más serio, a juicio de David Payeras, está en el desajuste que se puede producir a futuro entre las nuevas necesidades laborales y las capacidades de las personas. En este sentido considera que puede haber escasez de talento y dificultad en encontrar los perfiles laborales necesarios. “El gran reto de la sociedad –detalla- es gestionar esta situación para encontrar soluciones. El único camino pasa por invertir más en la formación de las personas”.
A la pregunta sobre qué nuevas actitudes y aptitudes personales exige la IA, todos los participantes coinciden en señalar que todavía no se conocen. Por eso afirman que lo más importante es concienciar a las personas sobre la necesidad de formarse y de aprender continuamente. EstherGasull, enestesentido, señala queenunamacroencuesta realizada por Accenture a 14.000 empleadosentodoelmundomásde un50% señaló: “Quiero formarme”. Eso refleja un elevado potencial de transformación”.
“El futuro –añade Esther Gasullvadesaberinterpretarloquenosdicen las máquinas y colaborar con ellas. Ello exige tener másinteligencia colaborativa, saber interpretar datos de manera diferente y disponer de la capacidad de innovación necesaria para entender nuevos modelos de negocio. En este nuevo escenario muchas veces hay que probar e investigar y para ello hay que superar el hábito cultural del miedo fracaso”.
Carlos Esteban explica que en Barcelona la compañía Zurich tiene un centro tecnológico con más de cuatrocientas personas, que es el embrión del centro de Big Data del grupo a nivel mundial. “Hemos llevado a cabo –afirma- un proceso de selección entre personas de diversos países y a todos, al margen de la formación técnica, les hemos pedidotres cosas fundamentales. Laprimera es que tengan capacidad para resolver problemas complejos, la segunda es que tengan una actitud colaborativa y, la tercera, que estén abiertos alainnovaciónylacreatividad. Lo que esperamos de ellos, sobre todo, es que tengan curiosidad intelectual para estar abiertos a todo lo que va a venir, que no tengan miedo y que sean conscientes de que lo que conocemos hoy dentro depocoyanoservirá. Hayquesaber manejarse en la ambigüedad y la incertidumbreporqueelmapanoestá dibujado”.
Enric Soler añade que, además de todo ello, es muy importante también que exista transversalidad en competencias. Cita, como ejemplo, por ejemplo la necesidad de unir formación enHumanidadesconcapacidades analíticas. O comerciales queseantambiéncapacesdegestionar proyectos. Eneste sentido señala que sería conveniente que las carreras profesionales fueran cada vez más flexibles en sus trayectos curriculares.
Para Enric Soler, de Mango, la gestión del cambio, que ha venido para quedarse, debe integrarse el día a día. A su juicio esto exige una gestión diferente del personal, con un mayor empoderamiento de los trabajadores. “Frente a la llegada de los robots –afirma- hay que poner en valor a la persona. La persona seguirá siendo tecnología punta”.
LauraCarnicero afirma que, efectivamente, la manera de trabajar cambia y que eso lleva a una manera diferente de relacionarse, de colaborar y de comunicarse. Dice que las capacidades digitales, en cualquier caso, son muy relevantes. Explica que en SEAT, como en cualquier empresa, todos deben avanzar en la misma dirección. Para ello, lo primero que han hecho ha sido determinar el punto de partida en competencias digitales de cada personay, apartir deahí, sehadiseñado un programa formativo personalizado. “La respuesta ha sido muy buena”.
Explica Laura Carnicero que, en el marco de todas las competencias citadas, lo fundamental es aprender a aprender para poder abordar los nuevos proyectos y los nuevos retos, ya que todo cambia muyrápidamente. Recalca que, a su juicio, es también muy importante aprender a trabajar de forma colaborativa, ya quecadavezhayunamayorinterrelación de especialidades. Asimismo subraya la importancia de que haya una adecuada formación en lenguajes de programación y en data analytics”.
Para David Payeras la gestión del cambioesunagranoportunidadpara la sociedad, para las empresas y paralospropiosprofesionales. Considera que la cultura de las empresas será fundamental para acompañar a los trabajadores en la evolución que comporta la IA.
Enel fondo, según David Payeras, las cualidades y las aptitudes que se necesitanparaafrontarelcambio, al margen de las competencias digitales, no son tan radicalmente diferentes de lo que se necesitaba en el pasado. Elproblema, asujuicio, está en que la aceleración del cambio multiplica los requerimientos. ¿Hasta qué punto seremos capaces de acompañar esta transformación acelerada?, se pregunta. “Aquí está el reto” dice.
Esther Gasull concluye el debate con un llamamiento a las administraciones públicas, a los centros de enseñanzayalasempresasparaque contribuyan a desarrollar en la sociedad la concienciación de aprender a aprender en estos momentos de cambio tan acelerado que comporta la irrupción de la IA.
La ayuda a las personas es clave para facilitar la adaptación al reto de la inteligencia artificial
El 72% de los trabajadores considera que tendrá un impacto positivo en el entorno laboral
Un gran reto por delante
Hay mucho camino por recorrer en la colaboración entre el hombre y las máquinas para que esta simbiosis se traduzca en el desarrollo de nuevos
modelos de negocio, productos y servicios