La Vanguardia - Dinero

Comer y pensar ‘Foodies’ A la derecha del plato, el ‘foodie’ ha apartado el tenedor y la cuchara para hacerle un hueco al móvil

- Cristina Jolonch

Lagastrono­mía interesa y el foodie, quees de naturaleza insaciable, hará lo que sea para estar a la última. Eso tranquiliz­a a quienes hanvisto un filón enel sector, porque saben quesiempre habrá algo queofrecer­le para calmar su apetito de novedades: ya sea unaguía, un festival, la selección delas últimas aperturas, unaaplicac­ión para reservar mesa, unartilugi­o de cocina, un nuevo premio o una web donde hundir aun restaurant­e en la miseria sintiéndos­e por undía el estirado AntónEgo deRatatoui­lle. Esosí, el conocimien­to hay queservirl­o pelado, troceado y casi digerido, porque el estómago del fo odie está entrenado pero puede que se le can se la vista detanto comerporlo­s ojos.

Enlas librerías las novedades editoriale­s vinculadas a la cocina salada odulce, a los cócteles oalos hábitos alimentari­os saludables (¿Quiénnotie­ne mediadocen­ade jóvenes veganos ensucomuni­dadde vecinos ?) han ocupado el espacio de la novela, el ensayo, los libros de fotografía y hasta la autoayuda. Las redes acumulan montañas de recetas para todos los gustos y aptas hasta para manazas.

Enelrestau­rante, a la derecha del plato el foodie haapartado el tenedor y la cuchara –los dedos son la pinza perfecta para capturar los bocados pequeños y delicados quesiguen siendo tendencia– para hacerle un hueco al móvil. Hay que fotografia­r lo todo y consultar enGoogleel vino quete acaban deservir oel origen de uningredie­nte quete suena a chino. Para muchos, la exhibición enlas redes sociales delas rutas gastronómi­cas delos amigos hansustitu­ido a las insufrible­s sesiones dediaposit­ivas conlas quete castigaba el vecino a la vuelta delas vacaciones. Conladifer­encia, por suerte, de que hoy el público es mucho más amplio e Insta gr am nos concede el placer depulsar la opción “dejar deseguir”.

Triunfan los programas detele con sus cocinillas y sus jueces, los

influencer­s y los iluminados que han optado alas especializ­aciones más insospecha­das :¿ Para qué sirve unacuenta deInstagra­m en la quesólo aparecen tostadas con aguacate y otros ingredient­es?, ¿la deuntipo quese fotografía con los zapatos a juego concada uno delos pasteles queenseña? Triunfan las guías y los rankings; las galas enlas quese anuncian quiénes son los nuevos superchefs elegidos, ídolos para los alumnos delas escuelas decocina.

Basta apretar unbotónpar­a ver lo quese cuece enlos mejores restaurant­es del mundoopara descubrir el nombredelú­ltimo supera limen toque se han empeñado en vender nos. Todo servido y casi masticado para queel consumidor noseestruj­e los sesos y para alimentar esa industria dedicada a la gastronómi­ca como aspiración.

Los propios cocineros viven pendientes delas redes para estar al día delo quesirve la competenci­a y las stories deInstagra­m con las fotos delos platos ordenadas desde el principio al fin del menú degustació­n son unavía perfecta para espiar al colega. Para el consumodom­éstico, cada día salen nuevas aplicacion­es para elegir la comida que te apetece en cada momento y si quieres, sin tener quelevanta­rte del sofá mientras engulles capítulos detu serie favorita: el boomdelaco­mida a domicilio nohahechom­ás que empezar y el nuevo consumo audiovisua­l es su mejor aliado.

Sin embargo, tantas facilidade­s nodeberían hacer olvidar al

foodie quela única tarea a la que nopuederen­unciar es la más importante: elegir lo quemira, lo quelee y lo quepruebay­usar el espíritu crítico y el sentido común para discernir, entre tanta morralla, lo quevale y lo queno. Porque la industria lo sirve todo mezclado, comoelpuré­delos niños. Y pensar es, guste onoguste, nuestra única defensa.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain