Economía que imita la naturaleza
La biomimética emerge como solución para una mayor sostenibilidad
La forma aerodinámica de la parte delantera de los trenes de alta velocidad de la serie 102 recuerda la cabeza de un pato. No es casualidad. Enel mundo del diseño es frecuente inspirarse en la naturaleza para encontrar las mejores soluciones. El biomimetismo es un campo de conocimiento e investigación emergente que propone que la economía imite la naturaleza para cerrar círculos y ser más sostenible. “La biomimética es una respuesta a la insostenibilidad del actual modelo de crecimiento, propone superar paradigmas obsoletos, haciendo evolucionar el concepto de progreso desde una perspectiva regenerativa”, explica Pere Monràs, presidente del Institut de Ciències Biomimètiques (BIS).
La Unión Europea, en un reciente informe de la Agencia del Medio Ambiente titulado Circular Economy ans Bioeconomy - Partners in Sustainability, apuesta por potenciar la bioeconomía dentro de la economía circular( un modelo económico que busca cerrar círculos para minimizar la extracción de más materias primas y evitar la generación de residuos). “En los ecosistemas naturales se cierran los círculos, no hay residuos”, afirma Jordi Carrasco, director del BSI. Además de ser una fuente de inspiración, “la naturaleza es garantía de sostenibilidad, porque son soluciones que llevan miles de años funcionando”, añade Carrasco.
En Estados Unidos el interés por la biomimética se ha multiplicado por diez desde el cambio de milenio. Es uno de los países del mundo donde este campo cuenta con un mayor recorrido y experiencia y el Índice DaVinci –una base de datos que realiza un seguimiento de la actividad académica– sitúa el impacto de la actividad biomimética en Estados Unidos en 372.000 millones de euros en el año 2030.
En algunos países del norte de Europa, como Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca o Islandia, la biomimética tiene una creciente importancia en el marco de una economía sostenible. “En Catalunya nos encontramos en una situación muy inicial, pero contamos con un importante tejido productivo para el que la biomimética puede tener un gran interés”, asegura el director del BSI. La entidad ve en la biomimética “un campo de conocimiento y de desarrollo emer- gente que ofrece un enorme potencial para ser explota doy desarrollado ”.
En algunos campos, como la arquitectura o el diseño de productos, es ya una gran conocida. “No hay más queverlas construcciones de Gaudí”, señala Carrasco. Otros ejemplos los encontramos en “los materiales no newtonianos, que se usan para amortiguar impactos e imitan los cartílagos; materiales con memoria de forma, al igual que el pelo; o el kevlar de los chalecos antibalas que copia la estructura de una tela de araña”, explica Javier Peña, director general de Escuela Universitaria de Diseño e Ingeniería de Barcelona Elisava.
En opinión de Peña, el gran reto es inspirarse en la naturaleza para desarrollar estrategias eficientes y sostenibles. “Estudiar las migraciones de grupos de aves puede ayudarnos a diseñar un amovilidad más eficaz en las ciudades”, pone como ejemplo el director general de Elisava.