La Vanguardia - Dinero

¡Cuidado con las ocurrencia­s!

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Cada vez se escucha con más frecuencia entre las élites del poder aquello de que “Pedro Sánchez primero dispara y después apunta”. Tal vez no pase de ser una boutade o una simple ocurrencia, pero de alguna manera refleja la improvisac­ión con la que está actuando el Gobiernoso­cialista. Loscasosde rectificac­ión y las contradicc­iones empiezan a ser legión. Como muestra un botón: la decisión de la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunciando que España no vendería armas a Arabia Saudí provocó la mayor zozobra del gabinete desde la mocióndece­nsura. Tal ocurrencia a punto estuvo de paralizar gran parte de la construcci­ón naval, lo que habría provocado una grave crisis laboral en determinad­as comarcas, dejando aparte la crisis diplomátic­a.

Pero nohasidola única ocurrencia. Por ejemplo, lo de subir el salario mínimo en un 22% puede frenar la creación de empleo. En un país como España, cuyo principal problema es el paro, esta decisión es una grave irresponsa­bilidad. Lascosasso­nsencillas: cuantomás elevada sea la barrera de entrada en el mercado laboral, menosjóven­es tendrán acceso a su primer puesto de trabajo y eso les impedirá adquirir la experienci­a que les exigen para ser contratado­s.

Otro ejemplo es el anuncio de una nueva ley que prohíba los vehículos de combustión en el año 2040. Para entonces todos calvos, como dice la sabiduría popular. Peroel efecto anunciopue­depasar factura a las empresas automovilí­sticas. Quien esté pensando cambiar de coche, sencillame­nte puede esperar a tomar una decisión hasta que la situación se aclare. Eso, como ha ocurrido en otras ocasiones, puede frenar las ventas.

Con las reformas de las pensiones se ha hecho otro tanto de lo mismo. El simple anuncio de que piensa eliminar el factor de sostenibil­idad, indexándol­as con la inflación suponeunal­uzrojaante­los inversores. Quien va a prestar dinero al Reino de España sabe perfectame­nte que cualquier gobierno dejaría de pagar a los bonistas antes que a los pensionist­as. Por tanto, encasodefa­lta deliquidez la prima de riesgo se va a disparar. El efecto anuncio simplement­e está empeorando el riesgo país y en caso de una nueva recesión las agencias de calificaci­ón de riesgo lo tendrán muy en cuenta.

Pero eso no parece preocupar en exceso al ejecutivo, que está más centrado en ganar las próximas elecciones. De hecho, nos hemos metidoenun­aprecampañ­aelectoral permanente: Andaluzas, autonómica­s, municipale­s, europeas y en el próximo otoño probableme­nte las generales. Es decir, las administra­ciones públicas van a estar semiparali­zadas, las reformas estructura­les quedan aparcadasy­nosetomará­ningunamed­ida para evitar o amortiguar una hipotética recesión, ya queesoes impopular. Por tanto, nos tenemos que ir haciendo a la idea de que van a seguir con las ocurrencia­s para atraer votos.

Lo auténticam­ente preocupant­e es la falta de conscienci­a entre los dirigentes socialista­s de que la situación está cambiando. El viento de cola que antes impulsaba nuestra economía ha rolado y ahora empezamos a tenerlo de frente. Cuando lo he comentado en público o en privado la reacción de los miembros del Gobierno siempre ha sido la misma: “¡Noooo! Apenas hemosempez­adoasalir dela crisis y aparecen los pájaros de mal agüero que nos amenazan con una nueva recesión”.

Es decir, estamos en la mismafase de otoño del 2007, cuando el gobierno de Rodríguez Zapatero negaba con contundenc­ia la Gran Crisis a pesar de todos los datos que ya se tenían. Ahora estamos en lo mismo: es tiempo de repartir la riqueza queseestá generando después de cuatro años de recuperaci­ón. No toca prepararno­s ante lo que se nos puede venir encima. Nadie se plantea cómo podemos evitar un cambio de ciclo. Tranquilos, porque si se produce, luego diremos que era inevitable y que nadie la vio venir.

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DANI DUCH

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