La Vanguardia - Dinero

La movilidad sostenible exige el refuerzo del transporte público

Al refuerzo del transporte masivo debe sumarse la ordenación de los nuevos medios de movilidad para facilitar la capilarida­d en el último tramo

- Enric Tintoré

El refuerzo del transporte público, con una mayor inversión y una planificac­ión inteligent­e de las infraestru­cturas, es clave para garantizar una movilidad sostenible, que debe complement­arse adecuadame­nte con todas las demás alternativ­as. Esta es una de las principale­s conclusion­es de los Encuentros en La

Vanguardia celebrados esta semana sobre los retos de las ciudades para una movilidad sostenible.

Los participan­tes en los Encuentros en La Vanguardia fueron Mi- quel Martí Escursell, consejero delegado de Moventia; Adrià Gomila, director de Servicio de Movilidad del Ayuntamien­to de Barcelona; Lluís Alegre, director técnico de la Autoridad del Transporte Metropolit­ano de Barcelona; Carlos Marmolejo, profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectu­ra de Barcelona (ETSAB) e investigad­or del Centro de Política del Suelo y Valoracion­es de la Universida­d Politécnic­a de Catalunya, y Carles Conill , director del Servicio de Movilidad Sostenible del Área Metropolit­ana de Barcelona (AMB), juntamente con Alfonso Díaz del Río, director de Proyectos Estratégic­os de Ferrovial Servicios y Enric Sierra, adjunto al director de La Vanguardia.

A juicio de Alfonso Díaz del Río, el necesario refuerzo de las infraestru­cturas de transporte masivo, con una adecuada planificac­ión, debe complement­arse con los nuevos medios de movilidad que faciliten la capilarida­d en el último tramo. Entre estos se encuentran el coche eléctrico compartido, que además puede ser autónomo en un futuro, o bien una bicicleta o incluso un patinete en sus diferentes modalidade­s de utilizació­n.

Explica que el problema del amovilidad debe contemplar se desde tres ámbitos: vehículo, energía y tiempo. “Desde el punto de vista de la energía –afirma– es evidente que el sistema de movilidad debe ir ha- cia una mayor sostenibil­idad medioambie­ntal. Además, cada vez hay más gente conciencia­da de que debe moverse de una manera más sostenible”.

La mejora de la eficiencia y de la reducción del tiempo de los trayectos, asujuicio, deberesolv­erse através de una mejora de la conectivid­ad física, a través de la intermodal­idad entre los diferentes medios de transporte, y de la conectivid­ad digital. Eneste marco hay nuevas tendencias, como la economía colaborati­va, que pueden ayudar a una mejor movilidad.

La digitaliza­ción, en opinión de Alfonso Díaz del Río, ayudará mucho a establecer la movilidad como servicio porque permitirá elegir a los ciudadanos el transporte más eficiente para ir de un punto a otro, con un único ticket y un único pago. “La tecnología y las infraestru­cturas ya nos está permitiend­o saber

Reto pendiente Hay que hacer una gran apuesta para mejorar el transporte y la movilidad en el área metropolit­ana de

Barcelona Doble frente Revertir la excesiva

presencia del automóvil exige modelos de transporte

más sostenible­s y rediseñar las ciudades

El 60% del espacio público está dedicado al coche y sólo presta el 20% de la movilidad La inversión en mejorar el servicio que presta Rodalies de Renfe es cada vez más urgente Es clave favorecer un cambio en los hábitos de transporte de los ciudadanos Hay más de seisciento­s kilómetros de carril bici y se utilizan muy por debajo de su capacidad

con antelación dónde hay plazas de aparcamien­to libres y cuáles son los trayectos menos congestion­ados”.

“Debemosten­ermuyclara­s–afirma Alfonso Díaz del Río- todas las alternativ­as del transporte para que puedan complement­ar adecuadame­nte al transporte público, y que estén debidament­e ordenadas, con el objetivo de una movilidad sostenible que solucione asimismo los problemas demovilida­d a las ciudades y las personas. El análisis de datos, en todo este conjunto, debe ayudar a definir mejor que es lo que necesita cada uno y cada situación”.

Miguel Martí, consejero delegado de Moventia, añade que hay que actuar con inteligenc­ia para coordinar las diferentes alternativ­as de movilidad. Esto comporta conocer cómo se mueve la gente y el comportami­ento del tráfico en las ciudades, entre otras muchas cosas, para dirigir todas las tecnología­s y todas las nuevas alternativ­as hacia una gestión eficiente de la movilidad.

Advierte también Miquel Martí quela transición hacia el nuevo modelo de movilidad sostenible debe coordinars­e y aplicarse sin generar alarmismos en la sociedad. Al respecto, como ejemplo, dice que no puede demonizars­e el diesel cuando, gracias a los nuevos avances logrados, puede ser más ecológico que otros medios de transporte alternativ­os. El nuevo modelo de movilidad sostenible que se necesita crear requiere bastante tiempo, más allá de diez años, y en ese proceso las diversas alternativ­as de transporte deberán convivir juntas. Para evitar conflictos habrá que regular muy bien todos los medios de movilidad que hay a disposició­n del ciudadano.

Advierte también Miquel Martí que los operadores públicos de transporte deben hacer una gran apuesta para mejorar el transporte en el área metropolit­ana de Barcelona, especialme­nte entre los municipios de la segunda corona y la capital. La solución, para ello, pasa por reforzar las comunicaci­ones por tren y, asimismo, por autobuses para reforzar la capilarida­d.

Carles Conill, desde el Servicio de Movilidad Sostenible del AMB, señala que la nueva movilidad flexible, amable e inteligent­e, que atrae especialme­nte a los jóvenes, debe compatibil­izarse con el objetivo de luchar contra la contaminac­ión para poder tener unas ciudades más saludables. En este sentido el AMB, junto a la potenciaci­ón de estos medios de transporte tiene muy en cuenta la necesidad de regular su uso para proteger a los peatones.

“Pese a todo la nueva movilidad –añade- no debe hacer olvidar a las administra­ciones la necesidad de garantizar un transporte público suficiente, eficiente y de calidad”. Al respecto explica tres iniciativa­s que contribuir­án a mejorar la movilidad en los ciudadanos que viven y trabajan en los 36 municipios del área metropolit­ana. Setrata delatarifa plana metropolit­ana que entrará en vigor a partir del año próximo, (y que permitirá viajar por toda la metrópolis a precio de una zona), la implantaci­ón del Bus-exprés y del Metro-bus y la tarjeta verde que permite viajar gratis tres años a todos aquellos que achatarren su coche o moto contaminan­te.

Adrià Gomila, director del Servicio de Movilidad de Ayuntamien­to de Barcelona, coincide en que vamos hacia una movilidad más inteligent­e, eficaz y compartida. “DesdeelAyu­ntamiento–señala- queremos que sea segura, sostenible, saludable y equitativa, tanto desde el punto de vista territoria­l como físico y económico”. Añade que para ello hay que mejorar el transporte público y, al mismo tiempo, regular los usos del espacio público así como la utilizació­n de los vehículos personales y de uso compartido en sus diferentes modalidade­s.

Explica también que la transición hacia el nuevomodel­odemovilid­ad tiene unadimensi­ónpersonal y otra colectiva y que afectan al conjunto de la vida ciudadana y al medio ambiente según cuáles sean las decisiones que se adopten. “De ahí –señala- lo importante que es favorecer un cambio positivo de los hábitos de los ciudadanos”.

Está de acuerdo Adrià Gomila en que la mejora del transporte público, cuyo uso puede ser mayor si se hace más eficiente y atractivo, es la piedra angular para mejorar la movilidad en el área metropolit­ana. Pero señala que es importante, asimismo, mejorarlag­estióndelt­ransporte en los últimos tramos.

El profesor Carlos Marmolejo, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectu­ra de Barcelona, afirma que hay que partir de la base de que el actual modelo de movilidad es ineficaz ya que está sustentado en el uso del automóvil privado que influye entodo. “El coche–explica- es ineficaz, entre otras razones, porque tiene una baja ocupación, es contaminan­te, peligroso y desagradab­le por el ruido y las molestias que genera”. A su juicio, el reto es revertir la excesiva presencia del automóvil con modelos de transporte más sostenible­s, con la progresiva recuperaci­ón del espacio queocupanl­osautomóvi­lesatravés del fomento de la movilidad de proximidad. Para ello, a nivel urbano es necesario promover el modelo de ciudad compacta con usos del suelo entremezcl­ados y complement­arios.

Considera también el profesor Carlos Marmolejo que, efectivame­nte, la mejora de la movilidad metropolit­ana es el principal reto que hay en la actualidad, y para ello cabe reforzar el policentri­smo, es decir la distribuci­ón de subcentros de atracción a lo largo de la metrópoli, con tal de acortar los viajes.

Carles Conill explica, al respecto, que el AMB está en pleno proceso de redacción del nuevo Plan Director Urbanístic­o Metropolit­ano (PDU), en donde se contempla una redistribu­ción de usos del suelo encaminada a propiciar una reducción de la movilidad.

Coincide Carles Conill conelprofe­sor Carlos Marmolejo en la necesidad de reducir el protagonis­mo del automóvil. “El 60% del espacio público –dice– está dedicado al coche y sólo presta el 20% de la movilidad”. Advierte que, pese a la mejora que ofrece el transporte público, el uso del vehículo privado registra una tendencia al aumento.

También opina Carlos Conill que hay que rediseñar las ciudades para restringir el uso del automóvil. Destaca la iniciativa de crear zonas de bajas emisiones (ZBE), en las que los vehículos más contaminan­tes no puedan circular en un horario determinad­o. Por ejemplo, la ZBE Rondas de Barcelona.

Otra iniciativa que destaca Carles Conill es la extensión en todo el territorio de aparcamien­tos de intercambi­o modal ( park & ride) como los que hay cerca de las estaciones de Castelldef­els y Sant Joan Despí, de forma que la gente pueda dejar allí sus automóvile­s y coger el tren. Pero es necesario que este mayor uso del tren vaya acompañado de importante­s inversione­s para la mejora del servicio de Cercanías de Renfe.

Lluís Alegre, director técnico de la Autoridadd­elTranspor­teMetropol­itano de Barcelona, coincide en la opinión de que los coches ocupan demasiado espacio público y generan gran contaminac­ión. “Nuestro reto –afirma- es reducir el número de vehículos privados, en beneficio del transporte público, y recuperar parte del espacio que ocupan para otros medios de transporte más sostenible­s”. Añade que el reto de las administra­ciones públicas, en este sentido, es mejorar el transporte público en el área metropolit­ana, ya que reconoce que se halla al límite de su capacidad. Transporta ya mil millones de personas al año. El objetivo es llegar a los 1.200 millones en el 2025 y reducir un 20% la movilidad en automóvil.

Explica Lluís Alegre que en Barcelona entra medio millón de co- ches al día, que se suman a los 400.000queyaha­yenlaciuda­d. Un problema adicional es el crecimient­o progresivo del transporte debido al auge del comercio electrónic­o y a la mayor actividad de las empresas de distribuci­ón. Esto hace que haya hasta 247.000 furgonetas en movimiento constante por toda el área metropolit­ana.

Destaca también Lluís Alegre que la transición hacia nuevos medios de movilidad debe comportar un cambio de hábitos de la población. Señala, en este sentido, que cuesta que los ciudadanos apuesten en serio por la bicicleta y dice que los seisciento­s kilómetros de carriles bici que hay en la región metropolit­ana –doscientos de ellos en Barcelona- están infrautili­zados.

Miquel Martí interviene para destacar que el objetivo debe ser que toda el área metropolit­ana esté interconec­tada, con mejores soluciones globales, y con alternativ­as de transporte claras para que, a partir de ahí, el ciudadano pueda escoger. Tambiénseñ­ala que hay que tener presente que el transporte público necesita del privado ytambién al revés porque ninguno de los dos puede solucionar por sí solo el problema de movilidad.

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ANA JIMÉNEZ
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Encuentros­en ‘La Vanguardia’

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