‘El Da Vinci chino’
Los miedos económicos planean sobre Asia y sobre su mercado artístico
El mercado chino del arte nos deparará muchas sorpresas en los próximos años, pues todavía está empezando a despertarse. Su tradición artística es, en gran parte, una gran desconocida del mundo occidental, que ha articulado una historia del arte bajo su propio canon. Yen lo contemporáneo, conocemos sólo aquellos artistas chinos que han tenido recorrido internacional.
Esta semana hemos conocido que en Christie’s Hong Kong la pintura de la dinastía Song del siglo XI Wood and rock, del artista Su Shi (1037-1101), se vendió por el equivalente a 59,2 millones de dólares. Se trata de uno de los dos únicos rollos conocidos del artista y erudito, conocido como el Da Vinci chino. El otro rollo se encuentra en el National Palace Museum de Taiwan.
Las comparaciones con el Salvator Mundi vendido el año pasado eran inevitables. La sala de subastas basó su estrategia de venta en que se trataba “posiblemente de la pintura china más rara y valiosa”, por lo que pidió a aquellos que querían pujar por la obra un depósito de 20 millones que les otorgaba una paleta dorada, singularizándolos de todas las demás. Algunas dudas aparecieron sobre su verdadera autenticidad, pues no se había exhibido nunca en público y provenía de una parte enorme indocumentada de la colección imperial. Lo que no evitó que tras tres pujas la obra se vendiese al teléfono por los casi 60 millones, superando su estimativo de 51 millones, pero lejos de los 140 millones que el pasado diciembre consiguió en Poly Pekín el juego de pinturas con caligrafías de Qi Baishi Twelve landscape screens (1925), que es la obra china más cara vendida en subasta.
Lejos de ser un resultado decepcionante, los miedos a una contracción del mercado artístico siguen planeando sobre Asia, pues la incertidumbre sobre la situación política y económica, sumado a la guerra comercial con los Estados Unidos y la falta de libertades, han provocado ya un cierto enfriamiento.