Coca-Cola persigue un mundo sin residuos
Los envases son fundamentales en la industria alimentaria. Por ello, las empresas luchan por mejorar su presentación y su uso. El reto es minimizar su impacto en la sociedad. Reducir la huella ambiental de los envases es clave. Coca-Cola en España trabaja cada día en esta línea. De hecho, a día de hoy, el 100% de sus envases son reciclables o reutilizables. “Nuestra responsabilidad no termina cuando vendemos una bebida; reducir el impacto de nuestros envases e impulsar el reciclaje es para nosotros también un eje prioritario”, afirma Ana Gascón, directora de Responsabilidad Corporativa de Coca-Cola Iberia. “Nos hemos comprometido a utilizar envases más respetuosos con el medio ambiente a través de tres líneas estratégicas: aplicar el eco-diseño en los envases para hacerlos más sostenibles, reducir la generación de residuos y recuperar los envases una vez utilizados”, añade Ana Gascón.
Con relación al eco-diseño, se están aplicando criterios ambientales en el diseño y uso de envases, se estudia el material usado y se trabaja en el aligeramiento de los envases. En cuanto al segundo eje, “llevamos años trabajando para reducir la generación de residuos en nuestras operaciones. En el periodo de 20102017, el ratio de generación de residuos por litro de producto fabricado se redujo en un 23%, lo que evitó la generación de más de 43.000 toneladas de residuos. Finalmente, CocaCola aspira a recoger el equivalente al 100% de todos los envases que lanza en el mercado. “Incluso hemos puesto en marcha un plan para hacer que los eventos que organizamos o patrocinamos sean sostenibles, favoreciendo el reciclaje de los residuos generados en los mismos”, explica Carmen Gómez-Acebo, directora de Responsabilidad Corporativa de Coca-Cola European Partners Iberia. En nuestro país, Coca-Cola en España ha lanzado Mares Circulares, su proyecto más ambicioso hasta la fecha para colaborar en la limpieza de costas y fondos marinos.
Un mismo envase se puede utilizar hasta 25 veces, tras las cuales la botella se conduce a una planta de reciclado para que vuelva a formar parte de otro objeto de vidrio. Reciclar es nuestro presente.