Estrategia de futuro
Supongo que será necesario esperar pacientemente a que el simple paso del tiempo se encargue de abrir los ojos de los irresponsables dirigentes políticos encargados de marcar actualmente el compás tecnológico de la industria europea.
Yes que anunciar el fin de los propulsores de combustión para el sector de la automoción, aunque sea una medida aplicable en un horizonte temporal que se antoja razonablemente lejano, es una meta poco meditada si se tiene en cuenta que no va acompañada de apoyo público relacionado con el universo de la investigación y el desarrollo.
Ya sabemos que la sociedad acaba comulgando incluso con las reglamentaciones más severas y absurdas, pero sería conveniente que vinieran acompañadas de cierta planificación, detallada y a distintos plazos, que sirva para marcar las estrategias de futuro que correspondan. Lo que no es de recibo es anunciar objetivos grandilocuentes, capaces de generar impactantes titulares, pero sin dotar de las herramientas idóneas ni trazar el camino adecuado al sector industrial afectado para conseguirlos.
Ante un panorama político tan desangelado, a la industria de la automoción no le queda otro remedio que cargar con el problema y reinventarse. Menos mal que los dirigentes del motor iluminan el sendero que seguir con ejemplos tan inteligentes como el de Hyundai Motor Group, que tiene previsto fabricar 700.000 pilas de combustible en el horizonte temporal del 2030 para rebajar las emisiones generadas por la movilidad.