Freud y el ‘big data’
Todo el mundo miente. Pero internet sabe la verdad. Las búsquedas de información que realizamos son, a su vez, información. Y revela realidades profundas. Seth Stephens-Davidowitz ha sido científico dedatos enGoogle y es profesor enla Wharton School, donde explica cómo entender el comportamiento humano a través del big data. Y ahora expone sus fascinantes investigaciones sobre nuestros comportamientos ocultos en Todo el mundo miente.
El autor haanalizado datos deGoogleTrends, Wikipedia, Facebook, el supremacista Stormfront –el mayor sitio de odio de la red– e incluso de la web PornHub, que le ha dado acceso a todos sus datos de visionados y búsquedas. Y ha hallado casi un confesionario: las búsquedas de “matrimonio sin sexo” son ocho veces y media más numerosas que “matrimonio sin amor”. Gente que mientras busca en Google datos sobre la NFL y rap, se para a buscar si es normal soñar con besar a otros hombres. Hombres quebuscan“señalesdequetumujerteengaña”. Mujeres de vacaciones con amigas que buscan “sentirte sola cuando no estás con tu marido”. Ansiedad extremaporeltamañodelpene. Perotambién, porsorpresa, ansiedad mucho mayor en el campo pobre que en la gran ciudad. O mayor búsqueda de chistes cuando la gente está alegre que triste. Conciencia de datos añadida, dice, comenzamos a tener una nueva visión de los seres humanos. Y entendemos cosas al ver que las mayores búsquedas racistas en la red no están en el sur de EE.UU., sino en el oeste de Pensilvania, el este de Ohio, la zona industrial de Michigan... zonas que ganó “por sorpresa” Trump.
El autor reconoce que tener conjuntos vastísimos dedatospuedeahogaraunaempresayestásobrevalorado: cuantomayoreselefectodealgo, menoresel número de observaciones necesarias para notarlo. Las empresas de inteligencia de datos másperspicaces a menudo reducen sus datos. Google usa una pequeña muestra para las decisiones importantes. Pero, remarca, lo importante de las búsquedas de Google no es la cantidad, sino la honestidad de la gente al hacerlas. En Google nos revelamos. Y haciendo las preguntas correctas los macrodatos harán que las ciencias sociales y conductuales crezcan en escala. Los próximos Kinsey, Foucault, Freud o Marx, concluye, serán un científico de datos.