La curva del gran Gatsby
La novela de Scott Fitzgerald, escrita en la Costa Azul, cuenta la década de los felices veinte en Estados Unidos. Gatsby, un hombre misterioso y de origen humilde, se enriqueció rápidamente (era la época de la prohibición) y presumió de su fortuna. La vuelta a la legalidad le arruina y descubre que su padre no le dejó una herencia para llevar una vida opulenta. El profesor Krueger tomó su caso para explicar la relación que existe entre la movilidad social y la desigualdad de la renta. Trató de explicar qué probabilidad tiene un trabajador de convertirse en un dirigente empresarial gracias a una mejor educación.
En la curva de Gatsby intentó ver qué correlación existe entre la movilidad entre generaciones (el progreso social) y la desigualdad económica de cada país. Descubrió el vínculo que existe entre los ingresos de los hijos y lo que ganaron sus padres. Cuanto mayor es la igualdad de una sociedad será más probable que los hijos se beneficien de lo que ganaron sus padres. Y, en sentido opuesto, cuando es más desigual (concentración de la riqueza y extrema pobreza) los hijos recibirán menos o nada de lo que ganaron sus padres.
Los países escandinavos, Suiza, Alemania y Japón tienen índices elevados de movilidad social y los hijos tienen una fuerte probabilidad de heredar la riqueza y el entorno social de los padres y pueden tener mejor educación y progresar. En Perú y Brasil, donde existe una baja movilidad social, la renta de cada uno depende de sí mismo. No pueden esperar nada de los padres. España estaría en una posición intermedia, pero con demasiada desigualdad.
Cuando terminó la Guerra Civil, la industria textil de Catalunya se convirtió en un ascensor social. La demanda de tejidos de la II Gran Guerra dio trabajo a todos y consiguió integrar a los que emigraron de otras regiones. Muchos obreros ascendieron a capataces y la Escuela de Ingenieros Textiles de Terrassa mejoró las técnicas del sector y se exportó a los países combatientes. Algunos se emanciparon y crearon nuevos talleres y Barcelona fue la base de la industria metalúrgica. Los que tuvieron mayor visión se convirtieron en la mayor industria de saneamiento del mundo. Se promocionaron los teatros y la ópera de algunas de las ciudades textiles compitieron con el Liceo, financiado por familias de la burguesía. Hasta los JJ.OO., Barcelona no recibió fondos de Madrid.
Gracias a las propuestas del Banco Mundial tuvimos las modernas ingenierías de Telecos, Caminos y luego Seat reintrodujo el aprendizaje; hoy sus graduados en formación profesional pueden llegar a ser ingenieros y luego avanzar en las fábricas de Volkswagen. La España vaciada tuvo pocos emprendedores y el Teatro Real de Madrid, a diferencia del Liceu de Barcelona, tuvo que financiarse con fondos públicos.
Ascensor social Cuanto mayor es la igualdad de una sociedad será más probable que los hijos se beneficien de lo que ganaron sus padres