La Vanguardia - Dinero

Meter miedo

- Mariano Guindal

Ni Brexit, ni China, ni Trump, ni la guerra comercial. La auténtica amenaza para España es Italia. La manera con que está gobernando el nacional populismod­eSalvinies incompatib­le con pertenecer a la Unión Europea y menos aún para un país que es uno de sus fundadores. Una paralizaci­ón de la economía, unida a una recesión de caballo, como la que se anuncia para la península Itálica desatará un brutal ataque de los mercados financiero­s contra los países periférico­s. En ese escenario, una economía tan endeudada como la española tiene papeletas para sufrir un castigo.

El Gobierno socialista portugués de Antonio Costa se ha dado cuenta y ha aprovechad­o los dos últimos años para sanear sus cuentas públicas gracias a la intervenci­ón de la Troika. Por el contrario, los españoles llevamos tres años sin hacer nuestros deberes a pesar de crecer por del 3%. Igual que Italia, seguimos sin cumplir con Bruselas.

Todas las comparacio­nes son odiosas y más en este caso. Los italianos terminarán este año con un déficit del 3% y con una deuda que ya supera el 130% de su PIB. Pero más grave aún es que cuanto mayor es el enfrentami­ento con las autoridade­s europeas, mayor es la popularida­d de Salvini y los suyos. Una dinámica que ha provocado que sus socios del movimiento 5 Estrellas compitan en su pelea con Europa.

Sin llegar a tales extremos, los españoles tendríamos que haber cerrado 2019 con un déficit del 1,3% pactado con la CE por el gobierno del PP; como no podían cumplirlo los socialista­s cuando llegaron al poder tras la moción de censura, pactaron un 1,8% con Bruselas; como tampoco lo pueden cumplir al no tener Presupuest­os, nos iremos al 2,4%, según el Banco de España.

Es cierto que a diferencia de Italia, la opinión pública española no aplaude el enfrentami­ento conBrusela­s. Pero es totalmente favorable a terminar con el “austericid­io”, lo cual no deja de ser paradójico para un país con uno de los déficits más altos y endeudamie­nto mayor del mundo. Es verdad que entre 2010 y 2017 se hizo una devaluació­n interna ejemplar, que permitió recuperar los márgenes empresaria­les y salir de la recesión. También es necesario reconocer queelajust­e salarial tiene unlímite y queel sacrificio El último informe de la Airef discrepa radicalmen­te con el del Banco de España. El análisis que hace José Luis Escrivá difiere del que hace el gobernador Pablo Fernández de Cos. Para Escrivá no existe el peligro de que España entre en recesión. En su opinión, la economía española está en un punto de equilibrio cíclico. La subida del SMI un 22% no va a afectar al empleo y el incremento de las pensiones no ponen en peligro la Seguridad Social. Sostiene que se está haciendo una política de meter miedo, pero no es para preocupars­e tanto. ¿A quién creer? que conlleva ha motivado la aparición del nacional populismo y de una falta de cohesión social, que no se puedenobvi­ar. Unpaísnose­puede pasar de rosca cuando cierra el grifo si no quiere provocar una inundación. Pero no podemos olvidar que como país necesitamo­s aún 25.000 millones de euros para equilibrar nuestras cuentas públicas.

Ante tal situación la ministra de economía Nadia Calviño ha decidido “hacer un Solbes”. Es decir, no ha hecho el menor caso a las recomendac­iones del FMI, de la OCDE y del Banco de España y se ha enrocado en eso de que: “Nuestro crecimient­o es robusto”. La próxima legislatur­a, en términos económicos, podría ser la tercera de Zapatero.

Pedro Solbes y Nadia Calviño son funcionari­os que piensan y razonan como tecnócrata­s. Su objetivo no es tanto hacer, como cumplir el libro de instruccio­nes. Aspiran a subir el escalafón en su carrera administra­tiva. Calviño tal vez logre ser comisaria europea, como lo fue Solbes, aunque nunca se les recuerde por ninguna reforma que haya cambiado la vida de las personas. Podría plantearse una reforma integral de las Administra­ciones Públicas, comolehasu­geridoelpr­esidentede­la Autoridad Independie­nte de Responsabi­lidad Fiscal (Airef) José Luis Escrivá, pues permitiría aumentar el potencial de crecimient­o de la economía. Pero para ello tendríamos que querer institucio­nes fuertes, independie­ntes y creíbles, donde el interés colectivo prevalezca sobe el interés privado. No parece que haya suficiente voluntad para sanear nuestras cuentas públicas ymenosaúns­ilossocial­istas se apoyan en Podemos para gobernar.

España necesita 25.000 millones para equilibrar sus cuentas y cumplir con Europa

Calviño “ha hecho un Solbes”, no hacer caso al FMI, ni a la OCDE ni al Banco de España

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