Meter miedo
Ni Brexit, ni China, ni Trump, ni la guerra comercial. La auténtica amenaza para España es Italia. La manera con que está gobernando el nacional populismodeSalvinies incompatible con pertenecer a la Unión Europea y menos aún para un país que es uno de sus fundadores. Una paralización de la economía, unida a una recesión de caballo, como la que se anuncia para la península Itálica desatará un brutal ataque de los mercados financieros contra los países periféricos. En ese escenario, una economía tan endeudada como la española tiene papeletas para sufrir un castigo.
El Gobierno socialista portugués de Antonio Costa se ha dado cuenta y ha aprovechado los dos últimos años para sanear sus cuentas públicas gracias a la intervención de la Troika. Por el contrario, los españoles llevamos tres años sin hacer nuestros deberes a pesar de crecer por del 3%. Igual que Italia, seguimos sin cumplir con Bruselas.
Todas las comparaciones son odiosas y más en este caso. Los italianos terminarán este año con un déficit del 3% y con una deuda que ya supera el 130% de su PIB. Pero más grave aún es que cuanto mayor es el enfrentamiento con las autoridades europeas, mayor es la popularidad de Salvini y los suyos. Una dinámica que ha provocado que sus socios del movimiento 5 Estrellas compitan en su pelea con Europa.
Sin llegar a tales extremos, los españoles tendríamos que haber cerrado 2019 con un déficit del 1,3% pactado con la CE por el gobierno del PP; como no podían cumplirlo los socialistas cuando llegaron al poder tras la moción de censura, pactaron un 1,8% con Bruselas; como tampoco lo pueden cumplir al no tener Presupuestos, nos iremos al 2,4%, según el Banco de España.
Es cierto que a diferencia de Italia, la opinión pública española no aplaude el enfrentamiento conBruselas. Pero es totalmente favorable a terminar con el “austericidio”, lo cual no deja de ser paradójico para un país con uno de los déficits más altos y endeudamiento mayor del mundo. Es verdad que entre 2010 y 2017 se hizo una devaluación interna ejemplar, que permitió recuperar los márgenes empresariales y salir de la recesión. También es necesario reconocer queelajuste salarial tiene unlímite y queel sacrificio El último informe de la Airef discrepa radicalmente con el del Banco de España. El análisis que hace José Luis Escrivá difiere del que hace el gobernador Pablo Fernández de Cos. Para Escrivá no existe el peligro de que España entre en recesión. En su opinión, la economía española está en un punto de equilibrio cíclico. La subida del SMI un 22% no va a afectar al empleo y el incremento de las pensiones no ponen en peligro la Seguridad Social. Sostiene que se está haciendo una política de meter miedo, pero no es para preocuparse tanto. ¿A quién creer? que conlleva ha motivado la aparición del nacional populismo y de una falta de cohesión social, que no se puedenobviar. Unpaísnosepuede pasar de rosca cuando cierra el grifo si no quiere provocar una inundación. Pero no podemos olvidar que como país necesitamos aún 25.000 millones de euros para equilibrar nuestras cuentas públicas.
Ante tal situación la ministra de economía Nadia Calviño ha decidido “hacer un Solbes”. Es decir, no ha hecho el menor caso a las recomendaciones del FMI, de la OCDE y del Banco de España y se ha enrocado en eso de que: “Nuestro crecimiento es robusto”. La próxima legislatura, en términos económicos, podría ser la tercera de Zapatero.
Pedro Solbes y Nadia Calviño son funcionarios que piensan y razonan como tecnócratas. Su objetivo no es tanto hacer, como cumplir el libro de instrucciones. Aspiran a subir el escalafón en su carrera administrativa. Calviño tal vez logre ser comisaria europea, como lo fue Solbes, aunque nunca se les recuerde por ninguna reforma que haya cambiado la vida de las personas. Podría plantearse una reforma integral de las Administraciones Públicas, comolehasugeridoelpresidentedela Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) José Luis Escrivá, pues permitiría aumentar el potencial de crecimiento de la economía. Pero para ello tendríamos que querer instituciones fuertes, independientes y creíbles, donde el interés colectivo prevalezca sobe el interés privado. No parece que haya suficiente voluntad para sanear nuestras cuentas públicas ymenosaúnsilossocialistas se apoyan en Podemos para gobernar.
España necesita 25.000 millones para equilibrar sus cuentas y cumplir con Europa
Calviño “ha hecho un Solbes”, no hacer caso al FMI, ni a la OCDE ni al Banco de España