Un GTI para la familia
Skoda ha creado un familiar muy deportivo, pero también extremadamente versátil y bastante discreto
Las siglas RS en Skoda van asociadas tradicionalmente a modelos de corte deportivo, de elevadas prestaciones y de estética diferenciada, pero siempre dentro de una exquisita discreción. Es el caso del Octavia Combi RS 245, que es todo esto y mucho más. El familiar más potente y deportivo de la gama Octavia también es un coche práctico y funcional, con un gran maletero de 610 litros y buenas soluciones en el interior que Skoda llama Simply clever: bolsa de basura en la puerta, linterna extraíble en el maletero o paraguas bajo el asiento del acompañante.
Sobre la base de un chasis excelente, que proporciona estabilidad y aplomo como para soportar los 245 CV del motor, Skoda ha desarrollado un coche de magnífico tacto deportivo, sumamente equilibrado y de alta precisión en todas sus reacciones. El motor 2.0 con turbo, el mismo que por ejemplo monta el Golf GTI Performance, tiene mucho brío, especialmente a partir de 2.000 rpm y hasta superar las 5.000, cuando saca toda su esencia deportiva. Basta con mencionar que acelera de 0 a 100 km/h en sólo 6,6 segundos. El cambio DSG de siete relaciones, de doble embrague, y un diferencial delantero autoblocante completan un cóctel afinado y divertido.
Así las cosas, no hay que dejarse engañar por su carrocería familiar, ya que se trata de un coche muy eficaz en curva y también en vías rápidas tipo autovía. Y lo mejor, siempre con un compromiso muy logrado entre confort y deportividad. Tanto es así que viajar con el Octavia Combi RS 245 es un placer; los kilómetros caen sin darnos cuenta, sin apenas acumular cansancio, a pesar de su rigidez. Sobre todo, por la agilidad de marcha que ofrece y la facilidad para adelantar. Pero también por los magníficos asientos RS de conductor y acompañante, de perfecta sujeción para la espalda y con una elegante combinación de piel
MÁS
VALORACIÓN bordada y alcantara. La versatilidad del Octavia Combi RS 245 es completa con el sistema DCC (opcional), una suspensión pilotada con los modos Comfort, Normal y Sport, aunque el modo deportivo hay que usarlo (muy rígido) sólo cuando queremos ir rápido. Para viajar en familia, el modo Comfort es perfecto.
Por otro lado, el DCC se combina con los modos de conducción Normal, Eco, Sport e Individual, que actúan sobre la dirección, el cambio, la respuesta del motor, además de la suspensión. Con la máxima configuración deportiva el coche se percibe realmente duro, pero muy preciso, y transmite mucha confianza al conductor. Asimismo, el sonido de escape se vuelve más ronco, aunque no llega a molestar.
Otra de las sorpresas es la buena motricidad que exhibe a la salida de las curvas, cuando optamos por acelerar con decisión. A la nobleza del chasis hay que sumar la eficacia del diferencial de deslizamiento limitado VAQ, que evita que el tren delantero pierda tracción. Un embrague de tipo Haldex envía la mayor fuerza disponible a la rueda que tiene mayor tracción. Así se consigue salir de la curva con mejor aceleración y con la dirección correcta de las ruedas delanteras. En el interior del habitáculo destaca también la iluminación ambiental en los paneles de las puertas y reposapiés, el volante deportivo de piel con levas integradas o el pomo del cambio DSG con logo RS. En suma, por algo más de 32.000 euros tenemos un coche familiar, espacioso y con la agilidad de un compacto deportivo.