Tipos y valoraciones
A pesar de que este 2019 sea el año con menor crecimiento global de los últimos diez años, las bolsas de EE.UU. se encuentran en máximos históricos, las bolsas europeas (Eurostoxx, CAC francés y DAX alemán) alcanzan los máximos de la última década.
Durante el pasado agosto, las bolsas sufrieron retrocesos motivados por el pesimismo sobre un posible acuerdo comercial entre EE.UU. y China y los temores de una próxima recesión. Desde entonces algunos factores han modificado las expectativas de los inversores: el anuncio del apoyo de los bancos centrales con bajadas de tipos por parte del BCE y de la Reserva Federal, y compra de activos (QE); el mayor optimismo sobre un inminente acuerdo comercial entre EE.UU. y China, aunque sea limitado y por fases; haber evitado el peor escenario de un Brexit abrupto sin acuerdo; y la ayuda de algunos indicadores económicos que sugieren un suelo en la desaceleración de la economía global.
A todo lo anterior se añade la confirmación por parte de Draghi, en su última comparecencia, de que los tipos de interés actuales seguirán en niveles próximos a los actuales por un largo periodo de tiempo. El tener la mayor parte de los bonos soberanos europeos en negativo, hasta plazos de siete años y con los bonos corporativos con grado de inversión cerca del cero de rentabilidad, impide obtener retornos en los activos de renta fija considerados de menos riesgo.
Los tipos de interés en mínimos históricos, e incluso en negativo, condicionan las valoraciones de todos los activos. A menores tipos de interés, mayor valoración de los activos, entre ellos las bolsas y los inmuebles. La distorsión de los tipos de interés acaba distorsionando todas las valoraciones.