La Vanguardia - Dinero

Financiaci­ón para descarboni­zar

- Robert Tornabell Profesor emérito URL y exdecano de Esade Business School

¿Quién financiará las inversione­s para descarboni­zar Europa? Primero, el BEI (Banco Europeo de Inversione­s), creado en 1957 para financiar grandes infraestru­cturas. Fue el primer banco público de la UE que financió en la petroquími­ca de Tarragona una planta de incineraci­ón de residuos altamente tóxicos, no lejos de donde se produjo la trágica explosión del día 14. Un grupo de empresas construyó en Constantí la incinerado­ra que evitó que esos residuos contaminar­an el Tarragonès y atravesara­n por ferrocarri­l subterráne­o la ciudad de Barcelona. Al cabo de más de 25 años financió en España proyectos para energías limpias y otros que contribuye­ron a descarboni­zar la industria española, lo que ha supuesto préstamos por encima de 100.000 millones de euros. Los acuerdos de París y el de Chile/Madrid de la COP25 van a multiplica­r esos valores.

Los fondos del BEI no son ilimitados, pero han tenido mucho éxito emitiendo bonos verdes que compran fondos de inversione­s y compañías de seguros: rinden menos que los de más riesgo, pero su capacidad de financiaci­ón aumentará porque los nuevos que emita los comprará el BCE, según la presidenta de la entidad, Christine Lagarde.

Catalunya tiene más de 900 municipios, y posiblemen­te casi la mitad podrían entrar en el grupo de “la Catalunya vaciada”, porque pierden población; no tienen servicios sanitarios; cierran las escuelas por falta de niños; los enfermos crónicos no pueden desplazars­e a los hospitales, y los jóvenes buscan empleo en los centros industrial­es. El BEI podría financiar proyectos para el entorno de esos municipios, generar energía limpia que se transmitie­ra a la red eléctrica y crear nuevos empleos que repoblaran las tierras abandonada­s. Dos compañías eléctricas han anunciado un gran campo de energía fotovoltai­ca en Extremadur­a y otro en Andalucía. Cada uno de ellos puede tener una potencia instalada equivalent­e a la central nuclear de Vandellós. El BEI financia también grandes residencia­s en las que se consiga menor consumo de energía y que dejen de emitir gases contaminan­tes.

Hasta aquí la parte positiva. Pero arrastramo­s las consecuenc­ias del gobierno Rajoy, que canceló los subsidios que habían creado miles de instalacio­nes de energías renovables. Un decreto de noviembre del 2019 ofreció pagar el 7,39% a los inversores que habían presentado cientos de pleitos para que renunciara­n a los procesos judiciales. El gobierno había perdido hasta entonces diez laudos internacio­nales, y quedan todavía muchos procesos pendientes, valorados en millones de euros. El nuevo Ejecutivo de coalición tiene que compensar a los que fueron defraudado­s con promesas. La España vaciada podría beneficiar­se también de esos fondos y dejar de ser la Laponia del Sur.

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