Gobernanza
El buen galerismo trabaja para impulsar, desde una mirada crítica, las prácticas artísticas contemporáneas y así participa de los grandes debates sociales con una fuerte carga política. Desde el propio sector analizamos su economía, sus prácticas, su fiscalidad, mapeamos las periferias en las que se mueve, estudiamos su historia, todo, para entenderlo en profundidad. Y pese a operar en uno de los últimos mercados no regulados, se trata de una industria muy democrática, pues no hay barreras de entrada y sus centros de poder están diseminados por todo el globo. Pero hoy, igual que el poder económico, tiende a concentrarse en unas pocas capitales y un reducido número de marcas muy potentes que superan las fronteras de los estados.
Es curioso ver cómo sus estructuras clásicas de poder, que se articulaban en asociaciones nacionales de galeristas, han perdido parte de su influencia y su dominio ha derivado hacia nuevas realidades: una docena de megagalerías que copan buena parte del mercado y un grupo reducido de ferias que, por aglutinar en gran medida las ventas de las galerías, pueden fijar su funcionamiento.
El problema es la falta de una autoridad central,
Tomás Saraceno presentó en la Fiac de París del 2017
una estructura de gobernanza que, igual que en otras profesiones, pueda condicionar su funcionamiento. Esta carencia impide aspectos concretos como los códigos de buenas prácticas, la transparencia del sector, una operativa más equitativa, o respetuosa con el medio ambiente. Si bien hay sintonía en la base de la profesión, la falta de acuerdos con estas nuevas realidades que ostentan el poder real impide su implementación.
Si estos días en el Foro Económico de Davos se aborda la desigualdad como gran problema y el capitalismo sostenible como oportunidad, me pregunto cuánto le falta a esta profesión para articularse y crear una estructura democrática global con la auctoritas necesaria para regular sus prácticas en pos de un mercado más equitativo, justo y sostenible. Las nuevas generaciones nos lo agradecerían.