Bolsas inmunes
Las bolsas europeas siguen cerca de los máximos de los últimos doce meses y las estadounidenses rondando los máximos históricos. La amenaza de las consecuencias económicas adversas de la pandemia del coronavirus parece no preocupar en exceso a los inversores.
Las cifras de afectados y fallecidos en China por la pandemia son una incógnita, ante la escasa fiabilidad de los informes oficiales. En cualquier caso, de momento e ignorando la duración y magnitud final de la pandemia, los efectos perniciosos sobre el crecimiento chino y mundial en el 2020 son evidentes. Ahora, el peso de la economía china es casi cuatro veces el que tenía en el 2003 cuando ocurrió la pandemia del SARS. Las exportaciones chinas y las cadenas de suministro globales se están viendo seriamente afectadas. Decisiones como la cancelación del Mobile World Congress, evento a miles de kilómetros del epicentro de la pandemia y sin que exista ninguna alarma sanitaria en el lugar de celebración, evidencia la magnitud de las consecuencias negativas sobre la economía global que puede llegar a tener la pandemia. Los efectos negativos se deben, tanto a la expansión del virus, de momento controlado fuera de China, como a las medidas adoptadas para evitar dicha propagación, como la cancelación del Mobile.
La inmunidad actual de las bolsas ante esta situación se justifica por el convencimiento de que los efectos negativos de la pandemia serán sólo temporales, compensados, en gran parte, por los estímulos inyectados en la economía china que anticipan un repunte del crecimiento tras el inevitable bache de los primeros trimestres del año. Adicionalmente, la promesa de actuación de los bancos centrales, si flaquea el crecimiento, sigue actuando como un seguro para los inversores.
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