La UE aguanta la presión
91 contratos con operadores para desplegar el 5G. La cifra se actualizó esta semana, momento hasta el cual Ericsson era líder con 83. Nokia tiene algo más de 60. Las cifras de este mercado son inmensas: “Los operadores tendrán que invertir 1,5 veces lo que invirtieron en 4G, lo que supone una cantidad cercana a 740.000 millones”, apunta Carmen Sánchez, socia responsable de telecomunicaciones en Deloitte.
Huawei, pues, tiene una buena posición. ¿También irremplazable? Tanto los operadores como los fabricantes y los expertos consultados creen que no. “Ericsson está en la misma posición que Huawei en tecnología. En el mercado también están Qualcomm, Cisco, NEC... No hay peligro si se prohíbe a la firma china. Las soluciones existen, y las aplicarían otros”, señala Xavier Vilajosana, experto en 5G de la UOC. En todo caso, advierte que más allá de Ericsson el resto no es capaz de ofrecer el despliegue completo de la red –antenas, repetidores, ordenadores, software...–, pero sí pueden combinarse para hacerlo. Esto abre la puerta a acuerdos con más actores y reduce la dependencia. “Los operadores ya tienen diversificado su mapa de proveedores”, asegura Iván Rejón, director de estrategia y marketing en Ericsson España. “El despliegue se ha dado sin Huawei en muchos países”, sigue. La propia
Ericsson fue la primera en llevar el 5G a cuatro continentes, destaca.
Para EE.UU. sería el escenario ideal. Hace pocos días dejó claro que los chinos “no pueden estar en ninguna parte de la red por la que pasen datos”. En la práctica, en nada. Las palabras son de Robert Strayer, responsable de Política Cibernética y de Comunicación e Información Internacionales del país, que realizó esta semana una gira europea con paso por España. “Sus competidores son completamente capaces”, dijo. Afirmó que Huawei y ZTE ponen en riesgo la seguridad de la información –que no compartiría si se instalan redes de estas marcas–, la privacidad de los datos e incluso las alianzas militares. La postura resulta curiosa. En plena guerra comercial y con EE.UU. defendiendo siempre a los suyos, pide potenciar firmas europeas. Pero el discurso no cala al 100%.
“En una guerra tecnológica es más difícil llegar a un acuerdo que en una comercial, porque hay más implicados, más factores en convergencia y el entorno es cambiante. Los acuerdos comerciales son algo que ya sabemos hacer... pero en tecnología, la legislación nacional e internacional es muy primigenia”, analiza Oriol Farrés, coordinador del anuario del Cidob. La Unión Europea lanzó en enero sus grandes guías para el 5G reconociendo que debe primar la seguridad, pero sin mencionar de forma explícita a fabricantes chinos, una postura intermedia. Y la presión hecha a países como Alemania o Reino Unido no ha surtido efecto. Los alemanes no quieren sacar a Huawei porque prevén que el desarrollo de su red podría retrasarse hasta diez años, según declaraciones de su ministro. Los británicos, por su parte, acaban de regular que no puede estar presente en la parte core de la red –el núcleo, una parte crucial que dirige los datos– ni en redes estratégicas, como militares, pero sí en el resto, con limitaciones.
Hay dudas, pero no se quiere borrar a actores. “Huawei ha estado presente en Europa durante casi 20 años y tiene un sólido historial en materia de seguridad”, defienden fuentes de la empresa china. “Según las pruebas que hemos hecho su red no es peligrosa. Eliminar competidores es malo para toda la industria y puede afectar al despliegue”, opinan desde un importante operador continental. En parte, porque hay cierta urgencia. “Los operadores europeos están lejos de los chinos, los japoneses y los americanos”, analiza Sánchez. Este es el verdadero riesgo: que se atrasen plazos y los precios suban si hay menos competidores, tal y como apunta un estudio de Oxford Economics encargado por Huawei. “Cualquier limitación contribuirá a ralentizar el despliegue, y nadie puede dar una respuesta exacta sobre cuánto se encarecerá”, sostienen desde Deloitte. “Es falso que el coste pueda encarecerse”, opina Rejón, de Ericsson, que cree que se ha demostrado que el resto de los actores son
La lucha por el mercado del 5G se mide en contratos, y Huawei afirma llevar la delantera