La red tiene deberes pendientes en España
La falta de una demanda madura, la fase de pruebas y las subastas aún por celebrar enfrían la llegada del 5G
competidores muy capaces, sobre todo porque la guerra de patentes esenciales y auditadas no es exclusiva de Huawei. Vilajosana también cree que un veto impulsará las compañías europeas alternativas. Pero como sólo una da el servicio de punta a punta, “puede surgir un ecosistema paralelo para dar servicio en la cadena”, dice. Así, la alternativa serían muchas empresas asociadas.
Conjeturas al margen, los operadores no se muestran preocupados en exceso por un veto. De hecho, en algún caso ya se han tomado medidas y no ha sido el fin del mundo. A inicios de febrero y tras las recomendaciones de la UE, Vodafone, única con red comercial 5G en España, decidió sacar a Huawei del core allí donde la tuviera en Europa. “Actuamos tras dar la UE una visión objetiva, no por presión política”, explican fuentes de la empresa. Eso sí, seguirá en la parte de la red que no es core. Le costará 200 millones de euros en cinco años. Telefónica, que tiene a Huawei entre los socios de su red actual, ha optado por no contar con ella cuando despliegue su red de 5G pura (la llamada stand alone, totalmente equipada con equipos de esta generación), tanto en España como en otros países en los que opera. “Buscamos las mejores opciones en el momento adecuado”, explican fuentes de la operadora. Orange, que tiene pilotos en marcha con la firma china, se muestra más cauta y recuerda la posición de la GSMA, que insta a gobiernos y operadores a trabajar juntos para lograr un acuerdo en las pruebas de seguridad y certificación en Europa. Para Strayer, la decisión debe ser únicamente de los países.
Depare lo que depare el futuro, el panorama muestra que hay vida más allá del gigante asiático.
L. F. Florio
La fiebre del 5G entra en España con una marcha menos que en sus colegas europeos y sin un calendario claro de despliegue a gran escala. Mientras que países como Irlanda, Italia o Suiza cuentan con más de un operador con una red activa comercial, en el caso nacional se reduce a Vodafone.
¿Hace falta el cambio? Los grandes saltos adelante que propiciaría el 5G, como el internet de las cosas o el coche conectado, quedan algo lejos en estas tierras. “Se ha creado un boom mediático, en parte es marketing. El gran avance tecnológico de esta generación es que se puede escalar fácilmente... pero aún se tiene que generar la demanda”, analiza Xavier Vilajosana (UOC). El uso más común de los terminales, con consumo de plataformas como Netflix y Spotify o de aplicaciones de vídeo como Youtube, no se ha extendido hasta hace poco entre los españoles. Y las velocidades actuales del 4G ofrecen un servicio más que cumplidor para estos tipos de consumo. En ese contexto, descargar canciones o libros en milisegundos o una película en HD en 4,8 segundos, como ofrece el 5G, no parece ser una prioridad para el cliente.
Con eso en mente, los plazos de lanzamiento que se han marcado los operadores son muy diferentes. Entre las grandes, Vodafone abrió en junio del 2019 el servicio en 15 ciudades; Telefónica no ha desvelado planes, pero maneja un horizonte que marca el 2021 o el 2022 para tener su red stand alone, puramente de 5G y sin apoyo del 4G, si bien podría lanzarlo antes de esas fechas con la variante non stand alone, apoyándose en la red actual, y Orange “se está preparado para los escenarios del futuro lanzamiento comercial basándose en la demanda del mercado, que vemos más cercano a finales del 2020 o incluso el 2021”, según explican desde las propias compañías. Expertos consultados no prevén un despliegue extenso antes de cinco años.
En cualquier caso, todas ya experimentan con el 5G. Entre otros proyectos, Telefónica ha realizado pruebas piloto junto a la china ZTE en oficinas del Santander, con Ericsson y Nokia para el despliegue en Segovia y Talavera, y con Huawei, Ericsson, Nokia y otros proveedores en Galicia; y Orange hace lo propio en proyectos en València, Sevilla, Málaga, Vigo, Santiago de Compostela, Barcelona o Bilbao, de la mano de todos los grandes (Huawei, Ericsson, Samsung, ZTE, Nokia). Según fuentes de Orange, estos pilotos sirven para “asegurar que cuando sea lanzada, esta tecnología cumpla con todas las expectativas de los clientes, tanto en experiencia como en precios y calidad de servicio”. Las pruebas van desde simples llamadas hasta gestión de servicios de emergencia, control del coche conectado o el despliegue de redes a escalas locales.
Muchos de ellos están financiados con la primera convocatoria de pilotos que impulsó el Gobierno a través de Red.es en el 2019, dotada con un presupuesto total de 36 millones. La segunda convocatoria ya está en marcha. Con todas estas actuaciones, el Gobierno busca que España “esté preparada para aprovechar al máximo las oportunidades de este paradigma tecnológico fundamental para la transforma
Los operadores han encarado de forma diferente las dudas respecto a Huawei