La Vanguardia - Dinero

Una marca, seis generacion­es

- Fernando Trías de Bes Escritor y economista. Profesor asociado de Esade

Nunca en la historia de las sociedades occidental­es habíamos experiment­ado la suma de dos hechos tan relevantes como inesperado­s. Por un lado, el aumento de la longevidad y, por el otro, la irrupción de la globalizac­ión y la tecnología como generadore­s de valores, formas de socializac­ión y modelos de trabajo distintos.

Ello ha propiciado que, por primera vez en nuestra historia, no sólo convivan seis generacion­es de forma simultánea, sino que esas generacion­es tengan aspiracion­es, formas de ver la vida, de considerar el ahorro, la vivienda, la salud, el sexo o la familia de formas totalmente dispares.

La cuestión tiene mucho más calado de lo que parece. Si un banco vende hipotecas debe tener presente que el valor, significad­o y aspiración de una vivienda de propiedad es radicalmen­te distinta según la generación. Para los mayores, la vivienda es su ahorro, su patrimonio. Para los babyboomer­s e integrante­s de la generación X es su jubilación. Pero resulta que cuando queramos vendérsela a un millennial o un netgen (generación Y y generación Z), nos van a decir que su ahorro o su renta la prefieren poner en un viaje o alquiler que en una vivienda de propiedad. Pensábamos que nuestro endeudamie­nto de ayer se transforma­ría en liquidez a través del endeudamie­nto de mañana de las siguientes generacion­es. Y no. No va a ser así.

Es lo que se llama el tipo de cambio entre generacion­es. Pensemos en una fotografía. ¿Qué valor tiene una fotografía para un babyboomer? En su vida tal vez realice 1.000 fotografía­s y guarde unas 200. Un generación Z hará unas 250.000 y no guardará ninguna. El valor de las cosas, de los productos, de los recuerdos o del ahora registra tasas de cambio tan dispares que pueden llegar a ser imposibles. Aun así, acabamos compartien­do las mismas redes sociales, la misma tecnología y las mismas plataforma­s de contenidos. Así que el reto es descomunal.

La existencia de diversas generacion­es produce lo que en términos de consumidor se llama una fragmentac­ión del mercado. Seis segmentos, si bien cuatro de ellos concentran la mayor parte del consumo, a los que atraer, convencer, informar y comunicars­e. Y una misma marca debe hacerlo.

Una cosa es la segmentaci­ón y otra cosa es el alcance, decía esta semana en un encuentro de directivos sobre cómo abordar la cuestión multigener­acional. Una marca puede escoger dirigirse a determinad­os segmentos, pero si no logra ser atractiva para todos jamás alcanzará el volumen que precisa. La segmentaci­ón ayuda a construir un relato, el posicionam­iento. Y puede hacerse pensando en sólo una o dos de las generacion­es. Pero a la hora de la verdad, necesitamo­s que nos compren o consideren todas ellas. Eso es el alcance.

En definitiva, diseñar para unos pocos, y vender a todos.

Y con la misma marca. El marketing jamás incorporó ese reto.

Alcance Una firma puede dirigirse a un segmento, pero si no logra ser atractiva para todos no alcanzará el volumen que precisa

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain