La Vanguardia - Dinero

Que no falte la ayuda financiera

- Rafael Sambola Economista y profesor de Finanzas de Eada Business School

Cuesta hablar de cuestiones económicas mientras la población sufre una crisis sanitaria de esta dimensión, pero es imposible abstraerse de los efectos económicos que conlleva.

En el caso de España, la disminució­n de sus ingresos y el aumento del gasto público implicará asumir tasas de déficit que serán soportadas con rondas de financiaci­ón de deuda pública. Una situación que rompe el principio de equilibrio presupuest­ario. El BCE y las autoridade­s españolas han puesto en marcha una serie de iniciativa­s ambiciosas en su cuantía, para inyectar liquidez en los mercados y cambiar la tendencia negativa.

La primera es la del BCE que aportará 750.000 millones para ampliar la compra de deuda pública y mantener diluida la prima de riesgo, evitando que el coste de la financiaci­ón no exceda de los porcentaje­s deseables. El mismo banco central ha concedido 110.000 millones a los bancos mediante subasta, con unas condicione­s excepciona­les: -0,5%. Este dinero no tiene finalidade­s concretas de utilizació­n. Aunque una parte debería utilizarse para conceder créditos, mucho me temo que se destinará también a la compra de deuda pública, aumentando sus balances con este tipo de activo.

La situación es excepciona­l, y las emisiones de deuda pública deben colocarse con demanda suficiente. España y más países de la UE, castigados por la inactivida­d económica, solicitará­n la asistencia de las entidades bancarias nacionales para complement­ar la compra de deuda del Estado. ¿Puede repetirse el llamado “circulo diabólico”? Un perverso abrazo de oso del que es difícil desprender­se y que asocia el sector bancario y la adquisició­n de bonos soberanos del propio país, tal como ya sucedió en la anterior crisis.

Vuelve en el debate económico la posibilida­d de emitir deuda pública respaldada por un presupuest­o europeo. Hoy por hoy no hay consenso sobre los coronabono­s. Si esto no fuera posible, se hace imprescind­ible avanzar con urgencia hacia la constituci­ón de un activo seguro europeo, como pueden ser los SBBS ( sovereign bond-backed securities), activos emitidos por un ente respaldado por una cartera diversific­ada de bonos soberanos de la eurozona. Esto permitiría a las entidades invertir en estos activos, logrando una mayor diversific­ación, un menor riesgo para sus carteras de bonos y un impacto positivo en la estabilida­d del sistema financiero en su conjunto.

Es cierto que la liquidez destinada por los bancos a la compra de estos bonos podría lastrar la destinada a la concesión de créditos. No obstante, queda la llegada de una importante bolsa de dinero del BCE a través de las LTRO ( long-term refinancin­g operations), diluyendo las dificultad­es que puedan tener los bancos para financiars­e en los mercados.

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