¡CUIDADO CON LOS ARTISTAS!
Carlos Pazos
Instalaciones, fotografías y vídeos | ADN Galeria, Barcelona | Sin fechas | Precios de 2.200 a 18.000 euros | Tel. 934-510-064
El destino quiso que la exposición con la que ADN celebra los ya cincuenta años de actividad de Carlos Pazos se inaugurase justo antes del confinamiento antiviral. Unas cuantas personas asistimos a su apertura, sin saber que era también su clausura. Ahora es una exposición prohibida, sin público, y todo el asunto casi parece un happening conceptual, una paradoja estilo Pazos. Pero lo deseable es que esta muestra vuelva a abrir tras el confinamiento.
En su obra, Pazos siempre ha contado historias poéticas y prosaicas mediante asociaciones de objetos, asociados a su vez a las palabras de sus títulos. Esta vez se trata de una historia fragmentaria del arte contemporáneo, en tono desvergonzado y casi gamberro. La muestra está llena de alusiones, en general no complacientes con los aludidos. Firma del artista como percha es un neón que alude a Bruce Nauman, y esa percha no parece trascendente. Simulacro de pintura al fuego de Yves Klein realizado con mierda de artista
alude de rebote a Piero Manzoni, un artista conceptual cuya obra más célebre se titulaba Merda d’artista, y no se presentaba como un simulacro. La imagen fotográfica lenticular Dadu es como esas
postales con doble imagen, que cambian según el punto de vista, pero aquí la figura no es una
pin-up que guiña el ojo, sino un Duchamp que se convierte en Dalí, o viceversa: los dos eran personajes en busca de un público. Otro objeto de objetos se titula
¡Cuidado con la pintura!. Y en Se
acabó la bohemia la estética de la pintura expresionista abstracta aparece en un papel pintado de los años sesenta, encontrado en un mercadillo. En cuanto al propio Pazos, se autorretrata en forma de Mickey Mouse calvo. Para concluir, nada mejor que Al artista ¡lo que merece!, un vídeo donde un bello ejemplar de escarabajo ciervo es machacado y hecho trizas por un extraño tocadiscos antiguo. Muchísimo mejores los verdaderos 50 años de Pazos que los falsos 25 años de Paz
de aquel dictador español.
Los artistas seguirán pensando y produciendo, como tras crisis anteriores
con todos sus defectos y opacidad, ve que su modelo de negocio hace más de dos siglos que viene funcionando igual y, como tal, ha sobrevivido al crac del 29 y a otras crisis económicas y sociales, entre ellas, a dos guerras mundiales. A riesgo de ser un ingenuo, dije, cambiarán muchos paradigmas y esta industria sufrirá, especialmente en sus eslabones más débiles, pero los artistas seguirán pensando de forma crítica y produciendo, como lo hicieron apasionadamente en todas las crisis. Es su naturaleza. Y siempre habrá quien querrá participar de esta magia, aportando y generando valor. Sin olvidarnos del factor de resistencia implícito en lo artístico, hoy más que nunca necesitamos su mirada lúcida en torno a cuestiones artísticas, sociales y, por supuesto, políticas.