El factor digital

La crisis sanitaria ha supuesto un verdadero examen sobre el grado de digitalización de la sociedad española. La conexión digital está siendo clave para ayudarnos a superar la soledad en este período de alarma, para mantenernos informados, para hacer posible el teletrabajo en numerosas actividades y para disponer de servicios y productos financieros con total normalidad. Sobrellevamos mejor el confinamiento, necesario ante la gravedad de la situación, gracias a la transformación digital que casi sin darnos cuenta forma parte de nuestra vida desde hace ya tiempo.

Ahora más que nunca, la digitalización conlleva riesgos que deben ser prevenidos y enfrentados, como la ciberdelincuencia. Concienciar al usuario y a las empresas sobre lo que supone este desafío es la mejor estrategia para combatir sus riesgos, máxime si se realiza bajo una estrategia de coordinación internacional. Porque disponer de herramientas cada vez mejores no garantiza que hagamos el mejor uso de ellas.

Durante esta crisis, los bancos están siendo capaces de garantizar el acceso a los servicios financieros gracias al esfuerzo de muchos profesionales que mantienen la atención al público en las oficinas y del nivel de desarrollo alcanzado por la banca digital y móvil. Y es que los beneficios de la digitalización no sólo se centran en una provisión de servicios más eficiente y eficaz. También hacen posible llevar la atención bancaria a lugares donde antes era difícil y garantizar su disponibilidad las 24 horas.

La prioridad de los bancos en estos momentos es aminorar el daño de la crisis sanitaria para las familias y las empresas y reforzar la estabilidad financiera, imprescindible para la estabilidad económica y el bienestar de los ciudadanos. La digitalización financiera es una parte muy importante de este firme compromiso.

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