Reinventar los salones
Suiza protagonizó una sorpresa mayúscula, el pasado 28 de febrero, al anunciar la suspensión del Salón de Ginebra, atenazado por una directiva que prohibía los actos capaces de reunir a más de mil personas. Después le tocó el turno de la prórroga al Salón de Detroit, que tenía que celebrarse en junio, y que ha sido trasladado al 2021. Ni una cita automovilística internacional tan consolidada como el Mondial de París, programada para octubre y anulada oficialmente, ha resistido a los devastadores efectos del coronavirus.
Queda claro que la pandemia va a provocar el nacimiento de un mundo distinto al que nos habíamos acostumbrado, un nuevo entorno social al que habrá que aprender a adaptarse. El baño de hipocondría inducido por la Covid-19, que ha embadurnado a casi todos los habitantes del planeta y a la mayoría de los órganos administrativos, va a significar un lastre tremendo para cualquier formato de acto que pretenda agrupar multitudes en un recinto.
Si seguimos el calendario previsto por Fira de Barcelona antes de la crisis sanitaria, en mayo del 2021 tendría que celebrarse la próxima edición del Automobile. Seamos optimistas y confiemos en la extraordinaria capacidad de reinvención que ha demostrado siempre esta tradicional cita con el universo del motor. Sería una lástima que la capital catalana dejara escapar la ocasión de alegrar a quienes disfrutan de los coches, tanto de los modelos asequibles para la mayoría de los hogares como si se trata de elitistas joyas de ensueño.