BCE, salvador de Europa
El papel del BCE para evitar que la crisis actual desemboque en una crisis de deuda soberana es esencial. El programa extraordinario de compra de bonos aprobado con motivo de la pandemia, permite al BCE incrementar en 750.000 millones de euros la cantidad destinada a la adquisición de bonos hasta diciembre. Adicionando los importes pendientes de utilizar de los restantes programas en vigor, la munición del BCE asciende a más de un billón de euros. De esta forma, el BCE mitiga considerablemente los eventuales problemas de colocación de deuda pública de alguno de los miembros de la Eurozona.
Adicionalmente, Christine Largarde en las ruedas de prensa del BCE ha enfatizado que el BCE hará todo lo que sea necesario, no descartando ninguna medida adicional. Se entiende que esto incluye aumentar la cuantía de las compras, así como incorporar otros activos a los programas. No obstante, a la vez que Lagarde daba por hecho la futura aprobación de posibles medidas adicionales, mencionaba que las mismas no se habían discutido en el Consejo de Gobierno de la institución. De momento, los inversores se han convencido de la permanencia de este apoyo ilimitado en cuantía y en tiempo por parte del BCE.
La petición de explicaciones por parte del Tribunal Constitucional alemán al BCE sobre anteriores programas de compra de bonos, pone de manifiesto el creciente malestar en alguno de los países de la Eurozona que consideran que el BCE se está extralimitando en su actuación. La limitación en la capacidad de actuación del BCE provocaría enormes turbulencias en las primas de riesgos de los países periféricos. De momento, según Lagarde, el BCE seguirá actuando sin inmutarse, pese al aviso del alto tribunal alemán.
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