Jordi Gallés
provocar un desastre aún mayor del pronosticado. “El grito del sector Horeca –añadió– es de auténtica desesperación, ya que la pandemia de la Covid-19 le ha atacado en su línea de flotación. No hay todavía plena conciencia de la catástrofe que se avecina en este sector. Debería actuarse de forma inmediata con medidas de apoyo”. Dijo que todos los medios del comunicación del Grupo Godó están junto a dicho sector para apoyarlo con la difusión y el análisis de su problemática.
Los Diálogos en La Vanguardia fueron organizados, precisamente, para llamar la atención sobre la gravedad de la citada situación y para proponer medidas de auxilio que salven empresas y empleo. La recuperación del sector Horeca es clave para la economía española, ya que emplea directa e indirectamente a más de dos millones de personas, que suponen el 10% de la población activa. El sector factura 124.000 millones de euros anuales, genera actividad en muchos otros sectores y globalmente aporta un 10% al producto interior bruto. En este sentido es equiparable a los sectores de la construcción y el automóvil, aunque mucho más vulnerable debido a su gran fragmentación por el pequeño tamaño de sus empresas.
En los Diálogos en La Vanguardia participaron también Arantza Celaya, directora general de la empresa especializada en distribución de bebidas y otros productos para la hostelería DDI (Damm Distribución Integral); Pere Chias, presidente del Gremi de Restauració de Barcelona y vicepresidente de Hostelería de España; Jordi Gallés, presidente ejecutivo de Europastry y Jorge Schoenenberger, socio director de los sectores de transporte, hostelería y servicios de Deloitte.
Todos los participantes coincidieron en el gravísimo diagnóstico de la situación del sector Horeca. También lo hicieron en el detalle de las medidas necesarias. Las acciones deben ser contundentes, tales como inyección de dinero inmediata, ya que el Gobierno ha obligado a cerrar a todas las empresas del sector y las ha dejado sin liquidez; suspensión de tasas e impuestos; flexibilidad para adaptar sus plantillas a un escenario de menor facturación, y normas claras que faciliten un retorno a la actividad seguro y rentable. “Si se tarda mucho en arbitrar un plan de choque de ayuda llegará tarde y el daño será irreparable, ya que no hay músculo financiero para resistir”, afirmó Pere Chias.
Chias hizo un llamamiento a los líderes políticos para que estén en contacto permanente con los representantes de los sectores económicos, que son quienes conoce a fondo
Presidente ejecutivo de Europastry
“España, que es el país más afectado por la crisis a causa del parón del turismo, es uno de los que menos ayuda destina a su economía”
la realidad empresarial, para propiciar una efectiva colaboración público-privada.
En este sentido Pere Chias, al igual que el resto de participantes, propuso que el Gobierno modifique la obligación de reducir un 50% el aforo de los establecimientos. Debe cambiarse por la exigencia de que se garantice el mantenimiento de las distancia mínimas de seguridad entre los clientes, ya que ello permitirá aprovechar mejor el espacio y facilitar una mayor rentabilidad de los negocios en una etapa muy difícil. También debería ampliarse el espacio destinado a las terrazas.
Chias considera necesario, asimismo, que la banca amplíe sus volúmenes de crédito a las empresas y que, paralelamente, sea más ágil y flexible en la gestión de los préstamos del ICO.
Con respecto a los ERTE todos los participantes estuvieron de acuerdo en dos aspectos. El primero es que en el sector Horeca deberían prolongarse –para las empresas que lo necesiten– hasta la Semana Santa del 2021, que es cuándo se calcula que empezará a recuperarse el turismo. El segundo es que los ERTE se flexibilicen para las empresas que decidan volver a la actividad tan pronto el Gobierno lo autorice. La obligación de mantener a todo el personal al termino de los ERTE será imposible de sostener financieramente por las empresas ante el descenso de la actividad y de la rentabilidad que se registrará. Ello forzará un cierre masivo y definitivo de los negocios y se generará más paro del que se pretende evitar.
También reclamó Pere Chias al Gobierno la implantación temporal del IVA reducido, del 10% al 4%, medidas que en Alemania se han adoptado y que aquí también ayudarian. “Esos seis puntos –dijo– favorecen la competitividad en todos los aspectos y serian maná directo a sufragar el coste de los alquileres, en meses Covid-19 y post, hasta finales del 2021”.
Jordi Gallés, presidente ejecutivo de Europastry, apuntó que el Gobierno debería multiplicar las ayudas a la economía y, en especial, a los sectores más frágiles y que más empleo generan, como es el caso del sector Horeca. También deberían implicarse mucho más el resto de administraciones, tanto las autonómicas,como la Generalitat, y las locales. Puso como ejemplo el plan de choque de apoyo al sector turístico que ha aprobado Francia.
Señaló Jordi Gallés que Alemania ha destinado el 22% del PIB en ayudas a su economía, el 21% Italia y el 15% Francia mientras en España apenas llegan al 11%. “No tiene sen
tido –añadió– que España, que es el país más afectado por la crisis de la Covid-19 a causa de la paralización del turismo, que es su principal sector, sea el que menos ayudas presta a su economía. Esto hará que sea el país que más tarde y con mayor coste social salga de la crisis”.
Josep Pont, de Borges, coincidió en que si las administraciones no se vuelcan de verdad y con dinero en apoyo de los sectores que lo necesitan el país irá muy mal y costará mucho salir de la crisis. Dijo que para España el sector Horeca es estratégico y lamentó que el Gobierno no sea consciente de su importancia. “Sobran palabras y pro
Garantizar que el retorno a la actividad sea seguro en hoteles, restaurantes, bares y cafeterías para empleados y clientes es prioritario para acelerar la recuperación económica del sector y evitar retrocesos en
la lucha contra la pandemia. mesas y faltan hechos”, añadió.
Por encima de cualquier otra consideración todos los participantes en el debate destacaron que lo prioritario debe ser garantizar que el retorno a la actividad sea seguro. Para ello señalaron que la autorregulación de los propios sectores, en colaboración con el Gobierno, es fundamental. También advirtieron, como hizo Jorge Schoenenberger, de Deloitte, que un retroceso en el control de la pandemia sería definitivamente letal para el sector Horeca.
“Garantizar la seguridad –dijo– exige protocolos que favorezcan la autorregulación de los sectores y la responsabilidad colectiva. La responsabilidad, hasta ahora, ha estado en manos del Gobierno pero ahora empieza a estar también en manos de los empresarios, que deben asumir el control de la seguridad en sus empresas con las medidas de protección necesarias”. Añadió que los empresarios deben asegurarse que sus empleados no son un foco de infección y garantizar que sus establecimientos son seguros. En la medida que lo consigan se facilitará el éxito de la desescalada. Hizo un llamamiento para el uso masivo de test y elementos de monitorización del estado de la pandemia aprovechando las nuevas tecnologías –que ya existen– para identificar tempranamente casos de infección y evitar o, al menos, reducir contagios con objeto de garantizar una recuperación segura.. Pero, en cualquier caso, vinculó el futuro del sector Horeca a la evolución que tenga el turismo, que a su vez dependerá de si el tráfico aéreo se normaliza. En caso contrario muchas empresas cerrarán.
Arantza Celaya, de DDI, señaló que en la medida que se flexibilicen los ERTE, se faciliten normas claras que permitan una autorregulación responsable y se concedan las ayudas necesarias se reducirá la mortalidad empresarial que se prevé en el sector Horeca. Propuso que desde la Administración se establezca una ventanilla única para facilitar las gestiones administrativas.
Explicó que salvar al sector Horeca implica también a los grandes proveedores del mismo, como Damm, Borges y Europastry, ya que la crisis afecta a toda la cadena de valor. Todas ellas han puesto en marcha ya diversos tipos de ayudas y programas de apoyo las pequeñas y medianas empresas del sector.
Insistió, al igual que el resto de participantes, en la necesidad de establecer algún tipo de pasaporte sanitario para que las personas acrediten su buen estado de salud, ya que ello dará seguridad a todos y facilitará el acceso a los hoteles, bares y restaurantes.