El virus forzará la transformación
La Covid-19 nos conduce hacia una nueva sociedad. En los presupuestos generales del Estado, lo que antes era un gasto sanitario serán inversiones, porque sólo tendrán futuro los países que puedan defenderse ante un posible rebote del virus o nuevas amenazas a la salud. Cambiarán las políticas industriales: la globalización nos dejó desarmados, y ahora sabemos que las mascarillas deberían haberse exigido antes del confinamiento, pero el Gobierno no las tenía. Surgirán nuevas fábricas de medios sanitarios avanzados y los investigadores y los mejores sanitarios recibirán ofertas tentadoras de otros países, como ocurre con las élites de los deportes. En Estados Unidos, los que en Boston descubrieron una nueva vacuna basada en el ARN tuvieron ganancias por el valor de sus acciones que no consiguen la media de los jugadores de la NBA.
Sin empresas industriales con tecnologías digitales no podremos competir en los mercados internacionales. Y debemos reconocer que no conseguiremos crear empleos para los jóvenes y abrir nuevas oportunidades para los que han quedado en el paro. Aunque el sector servicios absorba a los que estaban en restaurantes y hoteles, el modelo de turismo ya no es sostenible, porque las playas de Turquía (complejos de Antalya) ofrecen estancias mejores a escandinavos y centroeuropeos.
Cambiará también el urbanismo. En Madrid y Barcelona, como ocurrió antes en Nueva York, aumenta el número de los que abandonan sus viviendas y transforman las segundas residencias en lugares de teletrabajo. El confinamiento ha sido aleccionador. Si los institutos de secundaria y las universidades se ven obligados a introducir la enseñanza telemática, con autopistas libres de peajes y un AVE cercano a Tarragona y Girona, sus entornos podrían ganar la población que abandone sus residencias en el área metropolitana de Barcelona, donde hasta ahora se generaban dos tercios del PIB.
En el Valle del Silicio de California la investigación creó nuevos puestos de trabajo. El premio Nobel Paul Krugman introdujo las “economías de aglomeración”, que él pudo constatar al ver que un ingeniero de Santa Ana podía cambiar de empleo sin cambiar la plaza de parking de su coche. Y muchos de los descubrimientos de la industria 4.0 surgieron en los bares donde se reunían los ingenieros, físicos y matemáticos junto a los que financian el capital semilla de los negocios que surgen a partir de la idea de una veinteañera. Otro Nobel, Paul Romer, anticipó que los costes marginales de fabricar programas de software serían progresivamente menores. Microsoft lo demostró.
En el pasado, las pandemias cambiaron el modo de vivir. También nos sucederá en la nueva era del post-Covid-19, que terminará con la globalización.
Cambio de ciclo En el pasado, las pandemias cambiaron el modo de vivir; también nos sucederá en la nueva era del post-Covid-19