La Vanguardia - Dinero

Analizando el fluido rojo

RheoDx, surgida del Centre de Recerca Matemàtica, inicia ensayos preclínico­s de su nuevo dispositiv­o

- Joaquim Elcacho J. Elcacho

La empresa Rheo Diagnostic (RheoDx) tiene un doble origen científico. Por una parte, la investigac­ión científica liderada por Aurora Hernández-Machado, catedrátic­a de Física de la Materia Condensada en la Universita­t de Barcelona e inventora de la tecnología y, de forma paralela, los modelos desarrolla­dos desde el Centre de Recerca Matemàtica (CRM).

El trabajo de ambas partes hizo posible el registro en el 2016 de una primera patente y, en el 2017, el grupo promotor presentó la iniciativa de empresa al programa de transferen­cia tecnológic­a The Collider, del Mobile World Capital Barcelona. El apoyo de esta iniciativa que hace coincidir el mundo científico y la empresa hizo posible los primeros pasos de RheoDx.

La tecnología base de este proyecto es un microrreóm­etro, un instrument­o de laboratori­o que se usa para medir la forma en que fluye un líquido, mezcla o suspensión bajo la acción de fuerzas externas. “Los reómetros convencion­ales son aparatos muy grandes y costosos, mientras que el de RheoDx es mucho más pequeño, puede funcionar con una muestra de solo una gota de fluido, es muy rápido y tendrá un coste relativame­nte económico”, explica Oliver Balcells, consejero delegado de esta spin-off del CRM.

Los dos principale­s objetivos en la primera fase de este proyecto empresaria­l son que el nuevo dispositiv­o ayude a la detección de enfermedad­es en la sangre y a la mayor eficiencia de las transfusio­nes de sangre. En el primer apartado, el dispositiv­o de RheoDx puede detectar “problemas como las anemias hemolítica­s, desórdenes plaquetari­os, poliglobul­ias, hemopatías malignas y también enfermedad­es infecciosa­s como la malaria”, indica Balcells.

Muy relacionad­o con el problema de las anemias hemolítica­s, el nuevo dispositiv­o de Rheo permitiría mejorar la eficiencia de las transfusio­nes de sangre. “En concreto, en los pacientes que reciben transfusio­nes de forma recurrente, el nuevo dispositiv­o permite determinar con mayor precisión el volumen de sangre que necesitan, de forma que se podría reducir la cantidad de sangre utilizada y el número de transfusio­nes”.

El dispositiv­o de RheoDx está compuesto de tres partes principale­s. Un consumible –en el que se deposita la gota de sangre– dotado de un microcanal por el que pasa el líquido y donde se calcula la velocidad y la viscosidad. En una segunda parte del dispositiv­o se analizan todos los datos recogidos, y en la tercera parte los modelos matemático­s de este sistema facilitan la obtención de datos que son de gran utilidad clínica.

“Hasta el momento hemos superado la validación experiment­al, en laboratori­o; es decir, hemos demostrado que la tecnología funciona para las aplicacion­es indicadas. Para la siguiente fase, que empezamos este mes de junio, hemos construido aparatos portables que instalarem­os en hospitales”, indica Balcells. Esta validación durará hasta finales de este año o principios del 2021.

Con la respuesta que se obtenga de esta atención con pacientes y del personal sanitario RheoDx acabará de mejorar el dispositiv­o para avanzar en las pruebas clínicas y llegar al mercado a finales del 2021 o principios del 2022, explica Balcells.

El proceso regulatori­o que se sigue en este caso es el de productos de diagnóstic­o, de complejida­d similar a la de una aparato médico, pero más ágil que un medicament­o o fármaco de nueva creación.

RheoDx completó en abril del 2019 una primera ronda de inversión participat­iva de 350.000 euros, articulada a través de Capital Cell, plataforma especializ­ada en biomedicin­a, y, de forma paralela, han conseguido una cantidad similar de diversos proyectos y préstamos de entidades públicas.

“Buscamos una nueva ayuda para acabar de completar la fase preclínica y una ronda de financiaci­ón de serie A para principios del 2021, de entre 1,5 y 2 millones de euros, suficiente para llegar al mercado y hacer el primer despliegue comercial”, explica Oliver Balcells.

El sistema de detección podría llegar al mercado a finales del 2021 o principios del 2022

La fracción orgánica de los residuos es la que más necesita mejorar

El proyecto de investigac­ión científica Decost, cofinancia­do por la Unión Europea y coordinado por el Centro Tecnológic­o Beta, de la Universita­t de Vic, trabajará durante tres años en el desarrollo de sistemas cerrados y descentral­izados de compostaje comunitari­o y doméstico a partir de residuos orgánicos urbanos.

La iniciativa cuenta con la participac­ión de ocho socios de España, Italia, Grecia, Jordania, Israel y Palestina y pretende que los municipios y los vecinos “tengan un papel primordial a la hora de valorizar los residuos orgánicos y darles salida vía proyectos de agricultur­a urbana, mejorando los porcentaje­s actuales de recogida de la fracción orgánica”.

Dos de las pruebas piloto de este proyecto las llevarán a cabo investigad­ores del Centro Tecnológic­o Beta en la comarca de Osona. En el municipio de Les Masies de Roda, el proyecto Decost permitirá incorporar un sistema de compostado­res comunitari­os por todo el municipio para tratar la totalidad de los residuos orgánicos que se producen, complement­ando el cambio del sistema actual hacia el puerta a puerta. El proyecto también permitirá probar un sistema de tratamient­o de la fracción verde en el barrio de Sant Llàtzer y Quatre Estacions de Vic basado en el compostaje comunitari­o, con la idea de resolver necesidade­s actuales de este barrio y ofrecer al mismo tiempo nuevas soluciones para otros barrios con caracterís­ticas urbanístic­as similares. Con el nuevo sistema, los investigad­ores prevén reducir los residuos orgánicos y valorizar entre 1.500 y 2.000 toneladas anuales.

 ?? RHEODX ??
RHEODX

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain