El cielo es el límite
La inédita y atrevida variante con techo de lona del T-Roc combina la robustez de un SUV con la agradable sensación de conducir un descapotable
Uno de los tópicos recurrentes en la industria del automóvil –secundado, eso sí, por muchos aficionados al mundo del motor– hace referencia al escaso atrevimiento estético de Volkswagen a la hora de lanzar un nuevo modelo o generación. Solía acusarse al gigante alemán de ser excesivamente continuista y previsible en el diseño de sus automóviles, buscando agradar a todo tipo de públicos con las tradicionales sobriedad y discreción germanas.
Esta vez, sin embargo, los críticos de VW deberán buscar otros argumentos. El nuevo T-Roc Cabrio rompe todos los esquemas y convencionalismos, no sólo de la marca sino también del segmento SUV. También se decía del fabricante de Wolfsburg que sus modelos llegaban tarde a cada categoría, cuando la competencia ya ofrecía una o hasta dos alternativas de ese tipo, tachando a la compañía de temerosa y demasiado reflexiva a la hora de expandir sus horizontes comerciales con nuevos productos. Pues bien, ahora es al contrario. Ha sido Volkswagen la que se ha aventurado a lanzar una propuesta inédita (en la marca y en su clase), innovadora, audaz y arriesgada pero, sin duda, sugerente, emocional, extrovertida y divertida como ninguna.
La composición de la capota, de tela tricapa, ofrece ligereza y un excelente aislamiento acústico e hidrófugo
Único en su género
El T-Roc Cabrio pretende transmitir aquello que representa: placer de conducir, libertad sin límites y alegría de vivir. Invita a desmelenarse, a aprovechar el momento y a disfrutar de cada minuto al volante; toda una declaración de intenciones que en los tiempos que corren suena especialmente acertada. Dicen des
Su techo de lona tarda 9 segundos en abrirse y 11 en cerrarse y puede hacerse en marcha hasta 30 km/h