Inmunes a la Covid
Hace unos días, el valor de las acciones de las cinco principales compañías tecnológicas (Apple, Amazon, Microsoft, Facebook y Alphabet) alcanzó un récord histórico. Habían conseguido recuperar el nivel perdido desde que la crisis del coronavirus afectara la confianza en los mercados americanos. Ahora han visto como su capitalización bursátil ha aumentado un 15%, lo que implica agrandar su valor en más de 700.000 millones de dólares desde que comenzó este año.
Es indudable que el dinero de los inversores vuelve a interesarse por aquellas empresas con un perfil tecnológico, cuyo negocio ha continuado centrándose en la creatividad e innovación. Todas ellas saben que no hacerlo puede implicar una pérdida de competitividad que afectaría de forma inmediata a su capacidad de generar beneficios. ¿Cuáles son las principales variables que les permite minimizar estos riesgos?
La primera es la inversión que destinan en I+D+I como factor que impulsa su crecimiento, su prosperidad y su capacidad de generar flujos de caja, tres variables correlacionadas con el valor de la acción. En los últimos tres años y en su conjunto, el porcentaje medio de inversión por este concepto ha supuesto destinar el 14% de su facturación, siendo Facebook (18%) y Alphabet (16%) las que más recursos destinaron.
La segunda permite complementar el apartado anterior: su estrategia de crecer inorgánicamente de forma activa, mediante adquisiciones, participaciones, joint ventures e inversiones en activos no corrientes. Softomotive Ltd, CyberX Inc, Metaswitch Networks Ltd, NextVR Inc, Voysis Ltd y así hasta seis empresas más, totalizan las compras s cerradas entre marzo y mayo de este año. Habría que anexar también, la participación financiera que Alphabet, ha realizado en ese mismo periodo, en once start-ups ubicadas en diferentes países.
En tercer lugar, la posición envidiable de su tesorería y activos financieros a corto plazo. En sus últimas cuentas anuales su importe sumaba más de 460.000 millones de dólares: elevados ingresos, el control de sus márgenes y la obtención de rentabilidades de dos dígitos.
En cuarto lugar, su equilibrada estructura financiera. Su deuda financiera no es excesiva y queda además compensada por su elevada tesorería. Esto significa que, por ejemplo, en el último año fiscal su deuda neta (deuda una vez descontada su tesorería) fuera negativa o muy cercana a cero, como es el caso de Apple. Además, las cinco empresas siguen una política de dividendos moderada o nula que les ayuda a conservar una estructura poco apalancada.
Por último, la influencia del equipo directivo y del consejo de administración en este proceso es muy notable. Un perfil profesional muy bien formado y capacitado para seleccionar la mejor estrategia y conseguir el éxito, actuando de manera coherente con lo que la sociedad, las personas y las empresas definen como valores fundamentales.
Las ‘big five’ Las tecnológicas resisten la crisis de la pandemia no solo gracias a la innovación, sino a una política de gestión muy estructurada