Futuro eléctrico y autónomo
La firma japonesa crea un prototipo realista para manifestar su visión sobre la era de la conducción autónoma
Dado el tremendo éxito comercial que han cosechado durante los últimos años sus modelos gracias a la moda crossover, era justo que Nissan aprovechara las peculiaridades de este segmento automovilístico para engrosar su lista de concept cars. Bajo el nombre de Ariya, el flamante prototipo de la firma japonesa ejerce como laboratorio rodante de múltiples avances relacionados con los universos de la movilidad sin emisiones y la conducción autónoma. El innovador proyecto firmado por Nissan viene equipado con dos motores eléctricos, encargados de transmitir su capacidad de empuje independientemente a cada uno de los ejes.
Gracias al avanzado compendio de gestión inteligente del vehículo, los teóricos ocupantes se pueden mover con altos niveles de seguridad en cualquier condición de uso, incluso cuando se circula sobre superficies sumamente resbaladizas. El secreto reside en el conjunto motriz, que reparte la tracción entre las cuatro ruedas de la manera más eficaz para evitar perniciosos deslizamientos de los neumáticos.
El propio Alfonso Albaisa, vicepresidente de diseño de Nissan, explica que “una nueva arquitectura en el vehículo brinda grandes oportunidades para redefinir la interacción de los automóviles con la sociedad y cómo un coche eléctrico con capacidades avanzadas de conducción puede ofrecer una perspectiva visionaria. Con el Ariya, queríamos asegurarnos de que el alma de cualquier Nissan esté impregnada por un ADN característicamente japonés, que se exprese mediante una estética moderna y sencilla, a la par que imponente”.
Sobre aspectos particulares que determinan la imagen del prototipo, Albaisa comenta que “hemos sustituido la rejilla convencional por lo que denominamos un escudo, una pieza expresiva con textura tridimensional que trasciende lo cosmético y sirve también para realzar la tecnología que alberga el vehículo”.
En este caso, se trata de un sensor de radar y otras tecnologías que ayudan al coche a interpretar la carretera y visualizar aquello que el conductor no puede ver. Con un suelo plano, posible gracias a la disposición de la batería y la ausencia de un motor de combustión, el Ariya recibe a los ocupantes en una cabina que transmite sensación de amplitud”.
Equipado con los últimos avances en materia de conducción autónoma, este rutilante proyecto recibe al conductor con una luz de bienvenida mientras abre las puertas de modo automático. Antes de que el usuario haya accedido al interior, el coche ajusta la posición del asiento y adapta los controles de climatización a las preferencias dictadas mediante los parámetros de personalización almacenados en el smartphone correspondiente. Pero lo mejor del caso es que toda la tecnología sometida a prueba está pensada para poder ser fabricada en serie a medio plazo.
La posición de asiento y climatizador se adapta a los parámetros dictados por el smartphone