El fin de la crispación que trajo Salvador Illa
Cuando Miquel Iceta propuso a Salvador Illa como ministro no tenía ni idea de lo que acababa de hacer. En esos momentos Sanidad era un cascarón vacío. Tanto era así que Pablo Iglesias lo despreció porque era poca cosa. Pero lo que iba a ser un balneario se convirtió en un infierno con la pandemia. Así fue como un alcalde de provincias se ha convertido en un punto de referencia en la política española. Entre sus méritos está haber atemperado la crispación y que el PP acepte el decreto ley de la nueva normalidad y la reconstrucción de la sanidad pública. ¡Olé! el caso de que se produzca ha aceptado sin rechistar.
Probablemente tenga razón el Imperial College de Londres cuando asegura que en España las medidas de confinamiento han salvado la vida a 450.000 personas. Pero también tienen razón quienes afirman que el encierro ha llevado a España a la peor crisis desde que se instauró la democracia: contagio o pobreza. ¿Qué hacer? La experiencia nos ha enseñado en estos tres meses de confinamiento que se pueden evitar los contagios sin paralizar la economía. Hay medidas preventivas suficientes para evitar encerrarnos a todos, y más si se consigue la vacuna.
Los expertos aseguran que el desastre humano, económico, social y político provocado por el coronavirus podría haberse evitado en un 80% si los gobiernos hubieran sabido lo que tenían que hacer. Ahora sí lo saben, seguro que algo habrán aprendido de la crisis y lo mismo se puede decir de la sociedad. La pandemia se puede contrarrestar con mascarillas, distanciamiento social, tests, capacidad hospitalaria, atención prioritaria a las residencias de ancianos y, sobre todo, con sentido común.
Una batería de medidas que ahora sí están a punto y que, junto a las vacunas, que probablemente estarán listas para final de año o inicio del siguiente, nos permiten pensar que el gran encierro es cosa del pasado a pesar de los rebrotes que se están registrando en el mundo.
Ahora la experiencia nos dice que se pueden evitar los contagios sin paralizar la economía